The xx: aburridos en su perfección, geniales en el control del tempo dramático

Algunos dirán que The xx, la joven banda londinense que ha sabido construir un sonido particular, casi único, se repite, que resultan robóticos en su perfección de oscuro pop electrónico, pero lo que han vuelto a contrastar hoy en Barcelona es que son capaces de manejar el tempo dramático musical a su antojo.

El trío, que desde su exitosa aparición a mediados de 2009, ha visitado varias veces la capital catalana, tiene un directo exquisito, subyugante, como han comprobado los varios miles de personas que esta noche han abarrotado la “plaza” del Pueblo Español de Barcelona para conocer las canciones de su segundo álbum, “Coexist”(2012), del que ya ofrecieron un pequeño adelanto en la última edición del Primavera Sound.

Con una puesta en escena sobria pero efectiva (luces creando “equis” sobre el frontal del escenario y un manto láser que sobrevolaba al público), las voces complementarias, nunca antagónicas, de Jamie (Smith) XX y Romy Madley Croft, acompañados en los teclados por Oliver Sim, han intercalado las canciones de sus dos álbumes, enseñando las diferencias (que para muchos no existen) entre ambos trabajos.

“Try”, “Crystalised” -posiblemente una de las piezas musicales más redondas de la última década-, “Reunion”, “Sunset” son algunos de los temas que han sonado en la primera parte de un concierto conciso, que sin ser exhaustivo ha sido revelador porque ha servido para intuir el reto bailable de varios de los nuevos temas de The XX, como el resultón “Chained”.

El tupe de Jamie XX -un sosias estético del robot que encarnaba Jude Law en A.I. de Steven Spielberg- se mantenía impasible mientras iban sonando “Fiction”, “Night Time”, “Swept Away”, “Shelter” (desgarradora la voz de Romy Madley en esta confesión), “VCR”... pero ha perdido su lucha contra la fuerza de la gravedad durante la interpretación de “Island”.

Para los bises, el terceto ha optado por “Intro”, esa micropieza instrumental de épica nada sonrojante que obliga a batir las palmas cada vez que se escucha y “Angels”, el primer single de “Coexist”, un tema que cuando vio la luz hizo que los ansiosos de poder arremeter contra una banda que consideraban flor de un día, pusieran el grito en el cielo acusándoles de repetirse.

Puede que sea así o puede que no. The xx todavía están, como quien dice, empezando y son demasiado jóvenes para acusarles de manierismos y vicios resabiados.

Lo que está claro es que tienen actitud, saben entregarse en su justa medida, sin aspavientos, controlando el “timing”, marcando la dosis de intimidad y de lo que quieren exhibir y eso es mucho más de lo que bandas muy veteranas han logrado en décadas de carrera y millones de discos vendidos.