La UE espera que China “libere inmediatamente” al librero sueco detenido

El embajador de la Unión Europea (UE) en China, Hans-Dietmar Schweisgut, afirmó hoy que espera que las autoridades del país “liberen inmediatamente” al librero y activista sueco Gui Minhai y “le permitan reunirse con su familia y recibir protección consular” como ciudadano de la UE.

“La Unión Europea apoya por completo el comunicado oficial que presentó ayer Suecia y los esfuerzos que está llevando a cabo el gobierno sueco para encontrar una solución a esta situación”, apuntó Schweisgut en una rueda de prensa en Pekín sobre turismo.

En ese comunicado, la ministra de Asuntos Exteriores sueca, Margot Wallström, afirmó que su país “se toma muy en serio” la detención “sin ninguna razón específica” de Gui, que se produjo el sábado cuando el librero -de origen chino y naturalizado sueco- viajaba en tren a Pekín para atender una cita médica en la embajada de Suecia.

“Cuando fue arrestado, Gui Minhai iba acompañado de personal diplomático, que estaba ofreciendo asistencia consultar a un ciudadano sueco que necesitaba cuidados médicos. Esto va perfectamente en línea con las reglas internacionales, que nos dan derecho a dar apoyo consultar a nuestros ciudadanos”, agregó.

Wallström dijo también que las autoridades chinas han asegurado a Suecia en numerosas ocasiones que Gui es libre desde que terminó de cumplir su pena de dos años de cárcel el pasado octubre y que su país “puede tener todo el contacto que desee con su ciudadano”.

El embajador de la UE en China suscribió hoy las palabras de la ministra de Exteriores sueca, uniéndose a su petición de que “las autoridades chinas lo liberen inmediatamente”.

Además, Dietmar lamentó que esta historia lleva coleando tiempo y que ha habido episodios previos, “como cuando Gui desapareció en Bangkok y fue forzado a hacer una confesión” tras reaparecer en China, apuntó.

El librero, propietario de una editorial especializada en libros críticos con el Partido Comunista de China (PCCh), desapareció misteriosamente a finales de 2015 y reapareció meses después bajo custodia de China, que le acusaba junto a otros cinco editores de vender libros prohibidos en el país.

Presuntamente en el marco de esa detención, Gui confesó que en 2003 había atropellado y matado a una persona cuando estaba en estado de ebriedad, por lo que fue condenado a dos años de cárcel hasta octubre de 2017, cuando fue liberado.

No obstante, Gui no podía todavía abandonar China ya que tenía que presentarse periódicamente ante la justicia.