Los países de la UE continuarán mañana la discusión sobre las cuotas para el reparto de refugiados

Los embajadores de los países de la Unión Europea (UE) se reunieron hoy para tratar de llegar a un acuerdo sobre el sistema de cuotas que propone la Comisión Europea para repartir a 120.000 refugiados, pero al no haber llegado a un acuerdo continuarán sus discusiones mañana.

Fuentes de la Presidencia de la UE indicaron que aún hay “varios asuntos pendientes” y que las conversaciones seguirán mañana para intentar llegar a un compromiso y un acuerdo el martes, cuando se reunirá de manera extraordinaria el Consejo de Ministros de Interior comunitario antes de que lo hagan los líderes europeos, el miércoles.

Las fuentes aseguraron que todas las delegaciones participaron en el debate de hoy de manera “activa y constructiva” a pesar de que no pudieron cerrar los trabajos, que aseguraron continuarán hasta el martes.

Por su parte, el ministro luxemburgués de Asuntos Exteriores y Europeos y de Inmigración y Asilo, Jean Asselborn, al frente de la Presidencia rotatoria de la UE este semestre, abordará mañana en Praga la cuestión del reparto de refugiados con sus homólogos del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, Eslovaquia y República Checa), además de los de Rumanía y Letonia.

El objetivo de esta reunión será abordar los preparativos del Consejo de Ministros de Interior de la UE, informó el Gobierno luxemburgués en un comunicado.

Asselborn hará un balance de la situación con Rumanía y Letonia y con los países de Visegrado, estados reacios a la propuesta comunitaria de repartir entre los Veintiocho 120.000 demandantes de asilo que han llegado a Hungría, Italia y Grecia.

Otras fuentes comunitarias destacaron esta semana que si la UE sigue sin dar una respuesta unida y coherente a la crisis de refugiados, se arriesga a que los países sigan tomando medidas aisladas para cortar el paso a los refugiados.

Alemania, Austria y Eslovenia ya han recurrido a la reintroducción temporal de controles fronterizos -una medida excepcional pero prevista en las normas de Schengen-, mientras que Hungría ha endurecido aún más su ya férrea política de migración y ha empezado a construir una valla en su frontera con Croacia, que aunque no pertenece todavía a Schengen sí es miembro de la UE.

Croacia ha advertido precisamente de que no tiene más capacidad para seguir recibiendo refugiados y ha empezado a trasladar a cientos de ellos procedentes de países de Oriente Medio en autobuses hacia Hungría.