Los países de la UE evaluarán la sostenibilidad de sus sistemas sanitarios

Los países de la Unión Europea (UE) se comprometieron hoy a evaluar la sostenibilidad de sus sistemas sanitarios nacionales, con objeto de compartir buenas prácticas y de mejorar la eficacia de los mismos en el actual contexto de ajuste presupuestario.

Los ministros comunitarios de Empleo, Asuntos Sociales, Sanidad y Consumo acordaron esta medida en un texto de conclusiones sobre la modernización de los sistemas sanitarios nacionales adoptado hoy en Bruselas.

“Hemos alcanzado un acuerdo no vinculante para emitir dictámenes sobre la sostenibilidad de los sistemas sanitarios nacionales”, afirmó el comisario europeo de Consumo, Tonio Borg, en una rueda de prensa tras la reunión ministerial.

En particular, los países se comprometen a “evaluar los posibles impactos” sobre los sistemas sanitarios de los programas nacionales de reformas económicas recomendados por Bruselas, en el marco del llamado semestre europeo.

Estas evaluaciones incluirán “los efectos directos e indirectos sobre la salud, pobreza, tasa de desempleo, productividad y competitividad”.

El objetivo es comparar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios nacionales, fomentar el intercambio de buenas prácticas y señalar el “valor estratégico de la sanidad” dentro de la estrategia Europa 2020.

El texto reconoce el derecho del “acceso universal a sistemas sanitarios de alta calidad” y, al mismo tiempo, destaca la importancia de “mejorar la relación coste-eficacia” y la “sostenibilidad” de estos sistemas.

Un gasto público eficiente en sanidad “es una inversión productiva”, indica el texto, que reclama el reconocimiento de este gasto “como contribución al crecimiento económico y a la cohesión social”.

Los ministros reconocen “desafíos comunes” para la salud pública como el envejecimiento de la población, las enfermedades crónicas, las “desigualdades sanitarias” y el encarecimiento de los costes sanitarios o la disminución de recursos disponibles debido a la crisis económica.

Para la financiación de los sistemas sanitarios nacionales, el texto señala la posibilidad de recurrir a instrumentos europeos como los fondos estructurales o los de inversión.

Asimismo, destaca la necesidad de compatibilizar la estabilidad de los sistemas sanitarios nacionales con “la disponibilidad de fármacos y dispositivos médicos innovadores, efectivos y eficientes”.