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Las dos Ucranias recuerdan a su manera la tragedia de hace un año en Odessa

Las dos Ucranias recuerdan a su manera la tragedia de hace un año en Odessa

EFE

Odessa (Ucrania) —

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Las dos Ucranias, una nacionalista y otra que mantiene apego a la vecina Rusia, salieron hoy a las calles de Odessa para recordar a su manera el primer aniversario de la tragedia que costó la vida a 48 personas, la mayoría activistas prorrusos.

Activistas prorrusos y ultranacionalistas, los dos bandos antagónicos que se enfrentaron entonces con gran violencia y trágico resultado en el centro de esta ciudad a orillas del mar Negro, celebraron hoy sus propias misas fúnebres separados por tres kilómetros de distancia y una marea de policías y militares.

Más de un millar de personas se acercaron al Parque Kulikovo para honrar a los prorrusos que murieron el 2 de mayo de 2014 tras ser perseguidos y acorralados por grupos radicales en la Casa de los Sindicatos, que luego se incendió por causas aún desconocidas y en donde murieron 42 activistas.

Diez de ellos murieron tras saltar por las ventanas del edificio huyendo de las llamas, mientras que el resto, según la versión oficial de las autoridades de Kiev, perecieron asfixiados por el humo.

Otras seis víctimas de la tragedia murieron por disparos durante la batalla callejera entre los integrantes de dos manifestaciones que se encontraron en el centro de la ciudad.

“No le creo a nadie, no hay justicia”, dijo entre lágrimas a Efe Irina, madre de un joven que murió en el incendio de la Casa de los Sindicatos, ubicada en el mismo Parque Kulikóvo.

Transcurrido un año desde la tragedia, la Fiscalía general ucraniana tan sólo ha acusado formalmente al entonces número dos de la policía regional, Dmitri Fuchedzhi, en paradero desconocido, al que imputan dejación de responsabilidad por permitir los enfrentamientos.

Rusia, y también algunas organizaciones internacionales, exigen desde entonces a Kiev que aclare las circunstancias de los hechos ocurridos hace un año y castigue a los culpables.

Al grito de “No olvidaremos, no perdonaremos” y “El fascismo no pasará”, los ciudadanos llevaron a la Casa de los Sindicatos flores y velas, lanzaron al aire globos negros y soltaron palomas blancas.

La policía colocó detectores de metal en esa parte de Odessa, mientras que las autoridades prohibieron exhibir durante los actos tanto las banderas rusas como las cintas de San Jorge, seña que tras la sublevación secesionista de hace un año en el este de Ucrania se ha convertido en símbolo de los prorrusos.

Lena, una atrevida joven consultada por Efe, se saltó la prohibición y se puso una cinta de San Jorge en la solapa.

“¿Cuánto tiempo debemos vivir con miedo? Que digan de esta cinta lo que quieran. Antes del 2 de mayo del año pasado se reunían aquí decenas de miles de personas, pero después se asustaron, aunque espero que sea algo temporal”, se quejó indignada.

Mientras, distintas organizaciones nacionalistas ucranianas honraron en la plaza de las Catedrales a todos los muertos en el último año en Ucrania, tanto durante los acontecimientos del 2 de mayo en Odessa, como durante la revolución del Maidán en Kiev y la guerra en el este del país.

Además de más de 3.000 agentes de seguridad que tomaron literalmente esta ciudad rusoparlante ante el temor de que se produzcan provocaciones y enfrentamientos, también montaron sus propias patrullas las llamadas Autodefensas de Odessa y la organización radical ultranacionalista Sector de Derechas.

“Hemos estado toda la noche patrullando la ciudad, comprobando coches, sobre todo con matrícula de Donetsk”, dijo a Efe Evgueni, miembro del Sector de Derechas oriundo de la región.

Cuenta que se apuntó al movimiento hace tan solo unos meses, pese a que la mayoría de sus amigos y colegas, a los que llama despectivamente “separatistas”, se oponen a las nuevas autoridades ucranianas y sienten el vínculo de la ciudad con Rusia.

“Incluso hablar en ucraniano había sido siempre algo raro e incómodo en mi pueblo (en las afueras de Odessa), pero yo siempre me he sentido ucraniano”, reconoce.

Aunque muchos nacionalistas consideran que los acontecimientos de hace un año y la determinación de las autoridades de Kiev impidieron que el separatismo prorruso echara raíces en la ciudad, Vitali, miembro de las Autodefensas, cree que Odessa “es demasiado culta para caer en la locura de Donetsk y Lugansk”.

Está convencido, sin embargo, de que “la quinta columna permanece aún agazapada” en el interior de Odessa.

“Las cosas han cambiado desde el año pasado. La gente ha visto lo que ha pasado en Donetsk y Lugansk, y también a lo que han llevado aquí las manifestaciones separatistas. La mayoría de la gente no quiere la guerra”, dice a su vez Serguéi, otro miembro del Sector de Derechas.

Hoy también se cumple un año desde el inicio de los combates entre las fuerzas ucranianas y las milicias separatistas en las rebeldes regiones de Donetsk y Lugansk.

Desde entonces, más de 6.000 personas han muerto en el este de Ucrania, según el último informe de la ONU.

Por Veronika Silchenko

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