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La Unión Cristiana daría a Holanda un Gobierno poco estable, pero de mayoría

La Unión Cristiana daría a Holanda un Gobierno poco estable, pero de mayoría

EFE

La Haya —

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Las negociaciones para formar Gobierno en Holanda, después de más de cien días sin Ejecutivo, pueden dar lugar a una coalición inestable por las grandes diferencias entre los liberales de D66 y la Unión Cristiana.

Si la Unión Cristiana, que acaba de sumarse a las negociaciones, entra a formar parte del gabinete, este tendrá “la mayoría más pequeña posible”, dado que el Ejecutivo contaría con 76 diputados en un Parlamento de 150 escaños, explicó hoy a Efe el profesor de la Universidad Libre de Amsterdam Patrick Overeem.

Esto abre la puerta a que cualquier pérdida de diputados a mitad de legislatura obligue a renegociar la coalición y deje un Ejecutivo débil.

De momento nadie ha puesto en duda que tres de los socios del futuro Gobierno serán los liberales conservadores del VVD, los democristianos del CDA y los liberales progresistas de D66, que fueron, respectivamente, el primer, tercer y cuarto partido más votado en las elecciones de marzo.

La opción de colaborar con el ultraderechista PVV de Geert Wilders, que quedó en segunda posición, ha sido descartada por la mayoría de fuerzas políticas importantes.

La búsqueda de una cuarta formación, necesaria para un Ejecutivo de mayoría, comenzó con la Izquierda Verde, que pasó de cuatro a catorce diputados en los comicios celebrados en marzo, pero las negociaciones se rompieron hasta en dos ocasiones por diferencias respecto a la política migratoria.

Overeem asegura que “nadie quiere un Gobierno en minoría”, por lo que el mediador en las negociaciones, Herman Tjeenk, invitó esta semana a la Unión Cristiana a la mesa de conversaciones.

Este pequeño partido protestante, que defiende unas políticas sociales de izquierdas, tampoco está de acuerdo con las directrices migratorias de las otras tres formaciones, pero probablemente mostrará “más pragmatismo que la Izquierda Verde”, indica el profesor.

Los liberales progresistas de D66 ven con recelo la participación de la Unión Cristiana, debido a que podría unir sus fuerzas con el CDA y exigir en las negociaciones que el Gobierno dé marcha atrás en la ley que permitiría a las personas mayores solicitar el suicidio asistido por estar “cansadas de vivir”.

D66 hizo bandera de esta iniciativa durante la campaña y en su programa electoral exigía que “el suicidio asistido no sea punible”, aunque en los últimos días su líder, Alexander Pechtold, sugirió que ese tema se excluyera de las negociaciones.

Esto quizás no sea suficiente para los dos partidos de línea religiosa, que incluso podrían negarse a que la ley se someta a votación en el Parlamento, puesto que “conseguiría suficientes apoyos” entre los partidos de la oposición, explica Overeem.

No obstante, se da la paradoja de que D66 y la Unión Cristiana serían aliados en otros temas, pues ambos abogan por unas políticas fiscales que reduzcan las desigualdades socioeconómicas, tema al que los liberales del VVD y democristianos de CDA prestan menos atención.

La desventaja del acuerdo con la Unión Cristiana sería que el Gobierno tendría el respaldo de 76 diputados en un Parlamento de 150, por lo que, “si sólo uno de ellos se ausenta por enfermedad en las votaciones o se escinde, perdería la mayoría”, dice Overeem.

Las escisiones a mitad de legislatura, algo poco frecuente en otros países, ocurren a veces en Holanda.

En la anterior, dos diputados del socialdemócrata PvdA y tres del ultraderechista PVV anunciaron que formarían sus propios grupos parlamentarios por diferencias con las cúpulas de sus partidos.

Si el primer ministro holandés, Mark Rutte, tuviera ese problema, podría solicitar el apoyo del SGP, una formación protestante y ultraortodoxa que pediría a cambio algunas concesiones como, por ejemplo, que “los médicos que se nieguen a practicar abortos por motivos de conciencia no puedan ser despedidos”, comenta el profesor de la Universidad Libre de Amsterdam.

Descartada la participación del PVV de Wilders, quedan dos posibilidades si las negociaciones fallan.

Una sería la formación de un Gobierno en minoría y, la otra, que entraran en el Ejecutivo los socialdemócratas del PvdA, quienes de momento se han negado, debido al descalabro sufrido en las elecciones de marzo, cuando pasaron de 38 escaños a 9.

David Morales Urbaneja

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