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Exclusiva

VÍDEO | La profesora que falsificó las firmas: “La asesora nos dijo que si no enviábamos el acta, Cifuentes nos mataba”

Cecilia Rosado declara en el juzgado por el caso Cifuentes

Pedro Águeda / Marcos Pinheiro

La declaración durante una hora y cuarenta minutos de la profesora Cecilia Rosado el pasado 10 de mayo ante la jueza Carmen Rodríguez-Medel constituye el relato de las trampas con las que los responsables de la Rey Juan Carlos intentaron asegurar su futuro en la universidad pública y, de paso, mantener a salvo la carrera política de Cristina Cifuentes.

En el vídeo de esta declaración, al que ha tenido acceso eldiario.es, la profesora Rosado, imputada en esta investigación, reconoce que falsificó las firmas de sus compañeras en el acta del Trabajo de Fin de Máster (TFM) y detalla, entre otros asuntos, las insistentes presiones que recibió de una asesora de la Comunidad de Madrid, Maite Feito, y del director del Instituto de Derecho Público de la URJC, Enrique Álvarez Conde, el catedrático de trayectoria vinculada al PP que ordenó acabar con la polémica originada por la exclusiva de eldiario.es “como fuera”.

“¿Le dijo en algún momento la señora Feito si le estaba trasladando su opinión o que le estuviera trasladando la opinión de la señora Cifuentes?”, pregunta la jueza en un momento del interrogatorio. Y Rosado contesta: “No me dijo en ningún momento eso, pero es verdad (…) que en un momento me dice que si no enviamos el acta del Trabajo de Fin de Máster que Cifuentes nos va a matar, no solo a nosotros sino también dice del rector”.

En el momento en que transcurre esa escena Feito es asesora del consejero de Educación de la Comunidad, Rafaen Van Grieken, aunque tiene plaza en la Rey Juan Carlos como profesora de inglés y, según declaró a eldiario.es, es “amiga” de Cifuentes. Maite Feito se presentó a primera hora de la mañana del 21 de marzo, el día de la exclusiva sobre el máster, en la Universidad. Según ella, para participar en una charla de feminismo. El rector, Javier Ramos, aseguró en el juzgado, sin embargo que lo hizo para participar activamente en la crisis desatada por la exclusiva. Tras la polémica, Feito ha abandonado su puesto de asesora en la Consejería de Educación.

Rosado afirma en su declaración que Feito empieza “a llamarla sin parar durante todo el día”. En las primeras comunicaciones, la asesora de Cifuentes le dice que el TFM “tiene que aparecer”. Más adelante llegan las amenazas.

Además, la profesora Rosado habla de las presiones que ejerció sobre ella Álvarez Conde. La docente de Derecho Constitucional explica que antes del asunto del máster de Cifuentes, su relación con el director del Instituto de Derecho Público es muy complicada. En 2014 se distanciaron a raíz de un enfrentamiento entre Álvarez Conde y un profesor que trabajaba con Rosado, por la desconfianza sin fundamento que sintió sobre ella el director del Instituto, afirma. Ella explica que tenía “mucho miedo” a perder su trabajo y no encontrar otro por lo que pudiera ir diciendo de ella en el ámbito universitario alguien tan conocido como Álvarez Conde.

La mañana de la noticia de eldiario.es, ella le telefonea, según su relato y, a partir de ahí, hablan en “muchas” ocasiones. “Hay que arreglar esto y hay que poner un tribunal. Y él decide quién es ese tribunal, que somos Alicia López de los Mozos, Clara Souto y yo. Ahí me pongo muy nerviosa. Él me dijo que había que hacerlo sí o sí, que no quedaba ninguna alternativa y que si no, nos íbamos todos a tomar por saco. Y que había que hacerlo sí o sí. Esto es antes de la rueda de prensa”.

Rosado relata así cómo Álvarez Conde le ordena ya fabricar el acta que Cifuentes enseñó horas después, ya casi de madrugada, a través de las redes sociales para intentar defenderse. Con ese documento en la mano, Cifuentes se jactó de que no se iba “a ir” y de que se iba a seguir siendo la presidenta para responder a los que querían que dimitiera por el escándalo.

Según Cecilia Rosado, la falsificación de las firmas entre compañeros era habitual en la universidad para ahorrar tiempo en cuestiones como las dietas. El argumento choca a la jueza por la manera que tenían de conducirse ese grupo de profesores que además eran juristas. “Si fuera una escuela de Ingeniería…”, llega a ironizar la magistrada.

Rosado, en contra de lo que señala Alilcia López de los Mozos, afirma tajante que ésta le dio autorización, por videollamada, para falsificar su firma. “Yo le enseñé la firma [que había hecho imitando] y ella dijo: sí, así”. Con Clara Souto no es tan tajante, pero también afirma que le “enseñó” cómo era su firma en plena crisis del máster.

La profesora declara que nunca recibió amenazas directas del rector de la Universidad, Javier Ramos, pero que Álvarez Conde le comentó que él si estaba “presionado” por el máximo responsable del centro y que, por ello, “le había prometido el acta al rector”.

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