Mas avisa de que hay “cambios malos” y que C's nació contra el modelo lingüístico

El presidente de la Generalitat y de CiU, Artur Mas, ha advertido hoy, frente a las fuerzas emergentes, de que hay cambios que pueden ser “malos” y ha asegurado que Ciudadanos (C's) nació en Cataluña ya hace casi diez años con la misión de “cargarse” el modelo lingüístico en las escuelas catalanas.

Mas ha participado hoy en una comida popular en Lleida junto con el número dos de Unió y secretario general de CiU, Ramon Espadaler, para respaldar al candidato de la federación en Lleida, Antoni Postius.

En su discurso, el líder de CiU ha remarcado que Ciudadanos, pese a que sea considerada en esta campaña electoral como una nueva fuerza política, “ya hace unos cuantos años que nació” en Cataluña con “una misión que no ha conseguido”, que es la de “cargarse el modelo lingüístico de las escuelas catalanas”, ha subrayado.

“Ahora van más con piel de cordero y a algunos se les puede olvidar, pero esta gente que parecen tan modernos y diferentes sí que querían un cambio y era muy malo”, ha remarcado el presidente catalán en un mitin en el ecuador de la campaña.

Acompañado de Espadaler, Mas ha almorzado hoy con varios centenares de simpatizantes en un polideportivo del barrio Els Magraners de Lleida, feudo del presidente del PSC y candidato a la reelección en la alcaldía, Àngel Ros, que se le resiste a la federación nacionalista.

Sin embargo, los dardos del discurso que ha dedicado Mas tras la comida han ido dirigidos principalmente a dos fuerzas que crecen en los sondeos, Ciudadanos y Podemos, sin olvidar al PP y al Gobierno central, la polémica por las banderas independentistas y el presunto chivatazo policial en una operación yihadista de los Mossos.

Mas ha lamentado que haya “algunos que crean problemas allí donde no los hay” y vayan “poniendo el dedo en el ojo” cuando en Cataluña, ha remarcado, “conviven” los idiomas “sin que nadie se enfade”.

De esta manera, ha criticado de nuevo al ministro de Educación, José Ignacio Wert, y al líder de C's, Albert Rivera, al que ha reprochado tanto su voluntad de querer “cargarse” el modelo educativo catalán como sus declaraciones a favor de que el cambio en España lo lideren los nacidos ya en democracia.

“Esto sería como decir que la mitad del país no tiene nada que hacer, es una absoluta burrada”, ha apostillado.

Asimismo, Mas ha tildado de “tronada” la polémica por las banderas a raíz de la resolución de la Junta Electoral Central contra las “esteladas” (banderas independentistas) en edificios públicos.

“Delante de la casa donde vivo hay un personaje que me ha puesto una bandera española y no me enfado por esto, tiene su derecho, y si otro quiere poner una 'senyera' o la republicana o la 'estelada' que la ponga y que no nos molesten con esto”, ha exclamado.

El presidente catalán ha remarcado que “cambios puede haber de todo tipo” y que “vete a saber dónde llevan estos cambios” y ha vertido críticas hacia Podemos.

Ha lamentado que el secretario general de ese partido, Pablo Iglesias -al que se ha referido como el de la “coleta”- dijera que era un “pecado mortal” que Mas se abrazara con el diputado de CUP David Fernández y se ha preguntado si dos personas que no piensan la mismo no pueden entenderse.

“Si esta es la nueva política, no nos interesa; quiere decir que es la política fundamentada en la carga de la violencia verbal, en cascarlo todo sin separar el grano de la paja y ponerlo todo en el mismo saco y esto no lleva a nada más que a un debate sin sentido”, ha señalado.

En cambio, Mas ha aplaudido la “pulcritud absoluta y sentido de Estado total” que ha mostrado Ramon Espadaler, conseller del Interior, ante la “caña” que ha dado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la polémica por las denuncias de un presunto chivatazo de la Policía Nacional ante una investigación de los Mossos d'Esquadra contra el yihadismo, una causa archivada por la justicia.

En su intervención, Espadaler ha rechazado por “sentido de Estado” convertir un tema tan “sensible” como la seguridad ciudadana en un elemento de confrontación dentro de la contienda electoral de las municipales catalanas.