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El cine camboyano y palestino, en los Óscar pese a su escasez de recursos

El cine camboyano y palestino, en los Óscar pese a su escasez de recursos

EFE

Redacción Cultura —

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“The Missing Picture” es el primer filme camboyano nominado al Óscar en la categoría de habla no inglesa, y “Omar”, el segundo palestino. Dos cinematografías poco desarrolladas y poco conocidas, que, pese a su escasez de recursos, se han colado entre las finalistas de los premios de Hollywood.

Ambas, eso sí, vienen avaladas por el Festival de Cannes. “The Missing Picture” se hizo con el premio principal de la sección Una cierta mirada, del Festival de Canes, mientras que “Omar” consiguió el Premio del Jurado de esa sección paralela, centrada en las nuevas voces del cine internacional.

“The missing picture”, dirigida por Rithy Panh, habla del genocidio practicado en Camboya por los jemeres rojos durante su sanguinario régimen (1975-1979), en el que murieron dos millones de personas.

Un ejemplo del nuevo cine que intenta desarrollarse en un país que llegó a ser el centro de producción cinematográfica del sudeste asiático durante los años sesenta y setenta, bajo el reinado de Norodom Sihanuk, pero que luego se limitó a programar sobre todo producciones tailandesas, las cuales se proyectaban dobladas por una única voz en “off” que se encargaba de traducir los diálogos.

Y, si esta película supone el debut de Camboya en los Óscar, poca experiencia más tiene la Autoridad Nacional Palestina, de donde procede “Omar”, al frente de la cual se encuentra Hany Abu-Assad, centrada en la lucha por la libertad de unos amigos de la infancia.

Es el último trabajo de Abu-Assad, que también dirigió el primer filme palestino nominado a los Óscar, “Paradise Now”, en 2005, dos años después de que se aceptara incluir en la lista para optar a los premios a trabajos de estos territorios ocupados.

El primer filme palestino que pudo entrar en la carrera de los Óscar, aunque no llegó a ser nominado, fue en 2003 “Divine Intervention”, de Elia Suleiman, el director palestino más conocido internacionalmente. Pero ha sido Abu-Assad el que ha conseguido las dos nominaciones para un cine que se realiza con escasos medios y en la mayoría de los casos, con actores y equipo “amateur”.

Como en “Omar”, donde todo el equipo es palestino y en su mayoría supone su primer contacto con el cine.

Frente a estos dos filmes se hallan trabajos de países como Bélgica, Dinamarca e Italia, mucho más habituales en la alfombra roja de los Óscar.

Por un lado, “Alabama Monroe”, del belga Felix van Groeningen, que adapta una obra de teatro de Johan Heldenbergh sobre una historia de amor entre dos personas muy diferentes y en la que también se trata la tragedia de una enfermedad infantil.

Una excelente y dura película en la cual la música tiene un especial protagonismo, en concreto el “bluegrass”, que permite sobrellevar la intensidad de una historia protagonizada por la actriz y cantante Veerle Baetens, mejor actriz en los Premios de Cine Europeo, y Johan Heldenbergh, quien además es autor de la obra de teatro en la que se inspira la película.

“Alabama Monroe” ya ha conseguido el Premio del Público en la última Berlinale, el Premio del Público en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y el Lux del Parlamento Europeo.

Otra importante competidora es “The Hunt” (“La caza”), del danés Thomas Vinterberg, un drama muy complejo en el que un hombre es acusado injustamente, antítesis del filme más conocido del realizador, “Jagten” (“Celebración”).

Cuenta con la baza de Mads Mikkelsen, quien ganó el premio de interpretación masculina en el Festival de Cannes 2012 por este papel, en el que demuestra su capacidad de expresar fragilidad y al mismo tiempo determinación al encarnar a un hombre que pasa de ser admirado y querido a odiado y aislado por una sociedad llena de prejuicios.

Completa el quinteto de nominados la italiana “La grande bellezza” (“La gran belleza”), de Paolo Sorrentino, una suerte de nueva versión de “La dolce vita” (1960), que también cuenta con un protagonista de altura, Toni Servillo, el cual se pasea por la decadencia de una Roma tan actual como anclada en el pasado.

Una película preciosista con el maravilloso escenario de Roma como marco para una historia de personajes extraños y vacíos, que se llevó el Globo de Oro a la mejor película extranjera.

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