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Con cánticos y Avemarías protestan por robo de joyas de Virgen de Copacabana

Con cánticos y Avemarías protestan por robo de joyas de Virgen de Copacabana

EFE

La Paz —

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La Paz vivió hoy una singular protesta llena de cánticos, flores y Avemarías de miles de devotos que recorrieron las calles de esta ciudad boliviana con una imagen de la Virgen del santuario de Copacabana, fronterizo con Perú, para protestar por el robo de las joyas de esa imagen hace un mes.

La movilización fue organizada por la junta de vecinos de Copacabana, un pueblo situado a 156 kilómetros al oeste de La Paz, a 3.841 metros de altitud y a orillas del lago Titicaca.

“Estamos haciendo esta marcha para que así tal vez hagan devolver las joyas que con tanto cariño los devotos hemos regalado a la Virgen. Pedimos a las autoridades, a la fiscalía, a la policía que se preocupen para tratar de esclarecer este caso”, dijo a Efe un dirigente vecinal de Copacabana.

El santuario de Copacabana es uno de los más visitados por peregrinos de Bolivia y el sur de Perú, sobre todo en Semana Santa.

En honor a esta imagen religiosa fue bautizada la famosa playa brasileña de Copacabana cuando en 1770 el obispo Antonio del Destierro inauguró en Río de Janeiro una capilla para que los pescadores pudieran venerar a esta Virgen.

La efigie original, a la que desvalijaron los ladrones en abril pasado, fue tallada en 1582 por el indígena aimara Francisco Tito Yupanqui, un escultor que vivió hace más de 400 años en Copacabana.

La réplica que se suele sacar en las procesiones en ese pueblo fue traída a La Paz esta madrugada por centenares de pobladores que reclaman que se halle a los ladrones de las joyas.

La procesión comenzó en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, y descendió por las principales calles comerciales paceñas, donde centenares de comerciantes aguardaban a la “Mamita de Copacabana”, como la llaman cariñosamente sus devotos, para darle la bienvenida a la ciudad con pañuelos blancos, flores y braseros con incienso.

Los fieles entonaban cánticos en español y también en aimara, pero también exigían a voz viva “justicia” y que la policía encuentre a quienes perpetraron el robo.

La banda de músicos de la alcaldía de La Paz acompañó el recorrido de la multitud que avanzaba lentamente, pues cada cierto trecho los fieles paceños armaban improvisados altares para “hacer descansar” a la imagen, cantarle y rezar Avemarías.

En cada descanso, decenas de devotos intentaban acercarse a la Virgen, algunos con flores y otros con dinero que entregaban a uno de los encargados de cuidar la efigie para que los enganche en la ropa de la Virgen, a modo de ofrenda.

“Soy devota de la Virgen de Copacabana y espero que devuelvan sus joyas quienes las han robado, que se arrepientan, la Virgen les va a echar bendiciones”, declaró emocionada a Efe la comerciante Aida Patiño Gómez.

Como Patiño, fueron sobre todo mujeres de todas las edades y clases sociales las más emocionadas al ver imagen, algunas le expresaban así su fe y otras derramaban lágrimas indignadas por el robo de las joyas.

Policías y militares no quedaron indiferentes ante la llegada de la Virgen de Copacabana a La Paz, pues también armaron altares para recibir a la imagen a las puertas de una unidad policial y a otra de la Fuerza Aérea Boliviana por donde pasó la procesión.

La protesta concluyó con una misa en la plaza Mayor de San Francisco y los dirigentes vecinales de Copacabana esperan poder reunirse con alguna autoridad para expresar su molestia porque consideran que no se ha hecho lo suficiente para hallar a los culpables y recuperar las 18 joyas robadas.

El robo en Copacabana ocurrió en medio de una serie de hurtos similares a otros templos católicos en el altiplano boliviano, lo que preocupa a autoridades y obispos por igual.

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