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La poesía cáustica y mundana de Dorothy Parker, por primera vez en español

La poesía cáustica y mundana de Dorothy Parker, por primera vez en español

EFE

Madrid —

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“Mi vida es como una galería de arte/con pasillos estrechos por los que los espectadores pueden caminar”. Este verso pertenece a uno de los poemas de Dorothy Parker, la maestra cáustica del relato, los reportajes o la crítica literaria, que han sido reunidos en un libro por vez primera en español.

Unos poemas “perdidos” que la editorial Nórdica, que está recuperando la obra de esta escritora moderna, irónica, mordaz y libertaria que supo recoger como nadie el espíritu neoyorquino de los años veinte del pasado siglo en Nueva York, ha publicado en un libro con la introducción de Stuart Y. Silverstein y traducción de Guillermo López Gallego y Cecilia Ross.

En los primeros años de su carrera, Dorothy Parker (West End, New Jersey, 1893 - Nueva York, 1967) escribió más de trescientos poemas para periódicos y revistas como Vogue, Vanity Fair o The New Yorker, pero fue en 1996 cuando Stuart Y. Silverstein recopiló estos 122 poemas “perdidos” que pueden verse ahora en esta edición.

No obstante, este volumen que sale ahora en castellano está basado en la segunda edición del libro en Estados Unidos, de 2009, matiza a Efe Diego Moreno, director de Nórdicas.

En edición bilingüe, el libro es un paseo de la mano de Parker por la vida y las relaciones de la autora en todas sus dimensiones, y no está escrito desde de la metafísica, la revelación o la trascendencia, sino con la ironía, la exageración o la aparente frivolidad en la que se resguarda el dolor y la fragilidad.

Y todo ello en medio de la sociedad de los años veinte, en un Nueva York loco y divertido que precedió a la Gran Depresión.

Unos poemas cuya materia prima suele ser la propia Dorothy Parker, una poesía “flapper” (aleteante, ligera). “La poesía de Miss Parker no es poesía de sociedad en el sentido antiguo; es poesía flapper” y como tal es sana, atractiva, sin corsé y no desprovista de gracia“, decía The New York Times.

Una cita que recoge Stuart en la extensa introducción del libro, que constituye toda una biografía de la autora de “Una rubia imponente”, quien no creía que su obra poética estuviera preparada para ser encerrada en un volumen, sino para que fuera publicada en prensa como en The New Yorker, Vogue o Vanity Fair, lo que, en opinión de Diego Moreno, “da un aire periodístico a estos versos”.

Aunque ella sí aceptó editar un libro después y ya en 1926 se publico el primero, “Enough Rope” (Cuerda suficiente), con gran éxito y en los años siguientes varias colecciones de poemas, “Sunset Gun” (Cañonazos de retreta) en 1928 y “Death and Taxes” (La muerte y los impuestos) en 1931. Y posteriormente una selección que ella misma hizo en “Not so deep as well” (No tan profundo como un pozo).

Una poesía en la que se proyectaba como mujer. “Una mujer moderna marcada y cáustica, austera, sin adornos, que se abría paso en un mundo nuevo y crudamente moderno, experimentada en el sexo, pero cínica en el amor, desafiando al público en general con una ocurrencia y una expresión de desdén...o un suspiro privado.

Dorothy Parker no solía tener más confianza en sus habilidades artísticas que cuando escribía sobre Dorothy Parker“, escribe Stuart Y. Silverstein.

Dorothy Parker, que en realidad se llamaba Dorothy Rothschild, pero tomó el apellido de su primer esposo, Edwin Pond Parker, con quien se casó en 1917, era hija de una familia de clase media, no perteneció a la rama rica de los Rothschild, y fue una mujer inteligente, lúcida y moderna, una avanzada de su tiempo, feminista y de izquierdas.

Amantes -entre ellos F. Scott Fitzgerald-, amores frustrados, varios intentos de suicidio y mucho alcohol rodearon su vida, en la que también hubo mucho compromiso. Durante la guerra civil española viajó a España y apoyó a la República. Escribió varios reportajes sobre el tema.

Estuvo en la lista negra de Hollywood durante la famosa caza de brujas y murió en 1967 de un ataque al corazón. Tenía 73 años, su muerte fue portada en The New York Times

Y, “dado que nadie reclamó sus cenizas, estuvieron más de veinte años en el archivo de su abogado”, recalca Silvertein. Hoy sus restos reposan en la Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de Raza Negra (NAACP) entidad a quien Parker nombró heredera.

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