Los comicios en Hamburgo reafirman el dominio del SPD y el avance euroescéptico

Las elecciones regionales celebradas hoy en el “Land” de Hamburgo confirmaron al Partido Socialdemócrata (SPD) como primera fuerza en la ciudad-estado y el ascenso del euroescepticismo, que podría lograr sus primeros escaños en un estado federado del oeste de Alemania.

Según las primeras proyecciones de la televisión pública ZDF, al cierre de los colegios electorales el SPD obtuvo alrededor del 46 % y quedó así por debajo de la mayoría absoluta, aunque con una clara ventaja respecto al segundo partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, que se hundió en un 16 %.

Se trata de un claro desnivel entre las dos formaciones mayoritarias de Alemania, actualmente socias de Gobierno a escala federal, y casi una humillación para el partido de la canciller.

El alcalde-gobernador de Hamburgo, Olaf Scholz, había anunciado que, de necesitar un socio, trataría de formar una alianza con los Verdes, que se situaron en un 11 %.

Más allá del próximo Gobierno en Hamburgo, los comicios habían despertado interés a escala nacional ante la perspectiva de que la euroescéptica Alianza para Alemania (AfD) entrara en una cámara del oeste del país.

Hasta ahora, esta formación había logrado escaños tanto en la Eurocámara como en varios “Länder” del este del país, pero no en el resto de Alemania.

Las proyecciones de la ZDF sitúan al AfD en el 5,5 % del voto, levemente por encima del mínimo del 5 % pero que, de confirmarse, daría brío a la formación, últimamente inmersa en controversias internas pero que en Hamburgo se presentaba apuntalada en el liderazgo del carismático Hans-Olaf Henkel, expresidente de la industria alemana.

Significativo fue asimismo el 7,5 % obtenido por el Partido Liberal (FDP), formación de capa caída desde que, en 2013, pasó de socio de coalición de Merkel a carecer de representación en el Bundestag y que consigue al menos defender sus escaños regionales.

La Izquierda, finalmente, obtuvo un 9 %, lo que se considera un signo de consolidación de esa formación, de raíces postcomunistas, también en el feudo elitista de Hamburgo.

Unos 1,3 millones de ciudadanos habían sido convocados a participar en los comicios, donde por primera vez podían votar los jóvenes de 16 y 17 años.