La defensa de Crespo niega una trama Gürtel y dice que “era un grupo de empresas real”

La defensa del considerado número dos de la trama Gürtel, Pablo Crespo, ha negado la existencia de dicha red corrupta y ha defendido que solo era “un grupo de empresas real”, muy competitivo gracias a su “know how”, con empleados que hacían trabajos legales, por lo que pide su absolución en este caso.

En su escrito de defensa, al que ha tenido acceso Efe, el abogado de Crespo, Miguel Durán, niega las acusaciones a su cliente, que se enfrenta a una petición fiscal de 85 años de cárcel en la pieza sobre la llamada primera época de Gürtel, que enjuiciará a 41 personas por las actividades de la trama de 1999 a 2005.

El abogado asegura que Crespo “jamás ha participado en la creación de una 'estructura organizada' para apropiarse ilícitamente (ni tampoco lícitamente) de fondos públicos”, una red que estaba liderada supuestamente por Francisco Correa, para quien la Fiscalía pide una pena de 110 años.

“Decirlo así es confundir un grupo de empresas real -como el perteneciente al señor Correa- con una especie de 'trama o banda organizada'; y sabemos que la palabra 'trama' superabunda no ya en los escritos de acusación del Ministerio Público, sino -por desgracia y ello es aún más lamentable- en los propios autos del magistrado instructor”, añade el letrado.

Reitera que su cliente “nunca ha participado en la creación de una trama para emitir facturas ficticias, ni ha creado ninguna caja B para sobornar autoridades” y asegura que dicho entramado empresarial corrupto solo ha existido “en la imaginación de las acusaciones”.

Defiende que el trabajo de Crespo -exsecretario de organización del PP gallego- en el grupo de empresas de Correa ha consistido siempre en “la gestión normal de quien debe organizar el trabajo lícito de una plantilla de trabajadores que cumplía con sus obligaciones” y critica que se le califique como “el número dos de la trama Gürtel” con “la consiguiente carga peyorativa y lesiva de su dignidad”.

“El señor Crespo -incide- no ha sido otra cosa que un buen trabajador de un grupo de empresas que, ciertamente, realizaba trabajos para algunas Administraciones Públicas, así como para personas jurídicas privadas”.

Tampoco ha participado Crespo, asegura su abogado, en negociaciones tendentes a sobornar a ningún funcionario para conseguir la adjudicación de contratos públicos para sus empresas.

Respecto a la caja B de Gürtel, afirma que Crespo sabe que, “como ocurre en tantas y tantas empresas de este sector de actividad”, pueden “existir cantidades de dinero en efectivo que son debidamente contabilizadas en los apartados contables correspondientes”.

En su escrito, el abogado de Crespo defiende la inocencia de Correa, de quien dice que “resulta inconcebible” que creara sus empresas “con el propósito de ocultar fondos y delinquir”, una acusación que califica de “endeble” y “puramente irreal”.

A su juicio, afirmar que las empresas de Correa tenían el carácter de “herramientas delictivas” desde su constitución supone que las acusaciones “se atreven a entrar en el cerebro del mismo para determinar que ése -y no otro- era tal propósito”.

El grupo empresarial de Correa no era “de papel” o “hueco o vacío”, sino, asegura Crespo, “todo lo contrario: aquí no han existido pagos por informes no realizados, ni por asesoramientos verbales no demostrados”.

“Aquí -y ya va siendo hora de que ello se destaque por encima de imputaciones falsas- han existido empresas con trabajadores, a los que se les pagaba puntualmente su sueldo, sobre los que se retenía también puntualmente lo relativo a sus impuestos; empresas que fueron, ciertamente, muy competitivas porque tenían un ”know-how“ del que carecían sus competidoras”.