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Destacado activista comienza una nueva huelga de hambre en Baréin
El destacado activista pro derechos humanos, con doble nacionalidad bareiní y danesa, Abdulhadi al Jawaya, actualmente condenado a cadena perpetua, inició hoy una huelga de hambre para exigir su liberación, confirmó a Efe su familia y su abogado.
El Centro del Golfo para los Derechos Humanos aseguró, citando a varios miembros de la familia del condenado que le visitaron ayer, que Al Jawaya “declaró que rechazaría toda clase de comida y líquidos excepto agua”.
Además, el activista dijo a su familia que debido a la medicación, a la alimentación forzosa y a la obligación de acabar con su última huelga de hambre, también rechazará ser trasladado a un hospital o a la clínica de la prisión, así como recibir ningún tratamiento durante su huelga.
En 2012, Al Jawaya llevó a cabo una huelga de hambre de 3 meses de duración para pedir su liberación. El Gobierno danés instó a las autoridades bareiníes a trasladar al activista a Dinamarca, pero el Ejecutivo de Manama declinó la propuesta.
Al Jawaya, de 53 años, fue uno de los 21 líderes opositores acusados de querer derrocar al régimen durante las protestas reformistas de 2011.
Junto a otras siete personas fue condenado por un tribunal militar a cadena perpetua, que más tarde fue confirmada por una corte civil.
En abril de 2013, diferentes organizaciones de derechos humanos y contra la tortura, incluida la ONU, pidieron la liberación inmediata de Al Jawaya.
El pasado 20 de agosto, diversos activistas informaron de que decenas de presos políticos, sin especificar el número exacto, comenzaron una huelga de hambre en la prisión de Dry Dock, una de las dos cárceles principales de la pequeña isla del Golfo.
La familia Al Jawaya estuvo durante doce años en el exilio y regresó a Baréin en 1999. Desde entonces, el activista ha sido detenido en numerosas ocasiones y acusado de intentar derrocar el régimen.
El pasado 16 de febrero, su hija, la también activista bareiní Zainab al Jawaya, fue puesta en libertad tras haber cumplido varias condenas por insultar a la policía y manifestarse en el centro de Manama.
Baréin, de mayoría chií pero gobernado por una monarquía suní, ha sido escenario desde febrero de 2011 de protestas populares para pedir reformas políticas que han sido reprimidas por la fuerza por las autoridades.
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