126 diputados argentinos juran su cargo entre protestas por las reformas de Macri

Los diputados electos en las elecciones argentinas del pasado octubre juraron hoy su cargo en el Congreso, en una jornada marcada por las protestas que se sucedieron en los exteriores de la Cámara Baja en contra de las reformas que pretende llevar a cabo el Gobierno de Mauricio Macri.

Aunque en los comicios se renovaron 127 escaños, solo 126 cargos estuvieron hoy presentes en el acto, ya que una candidata del frente oficialista Cambiemos fue impugnada por la justicia, acusada de maltrato infantil, y no se le permitió entrar a la Cámara de Diputados, por lo que su puesto quedará vacío hasta que se resuelva el traspaso judicialmente.

En la nueva Cámara Baja argentina, del total de 257 asientos, Cambiemos tendrá la titularidad de 108 de ellos, lo que supone un avance de 21 bancas y su consolidación como el bloque más numeroso, aunque aún sin mayoría absoluta, por lo que deberá seguir llegando a acuerdos parlamentarios para gobernar.

El oficialismo también ostentará la presidencia de la Cámara de Diputados, tras la reelección, por tercer año consecutivo, de Emilio Monzó al frente del poder legislativo.

Por detrás de Cambiemos se situó el kirchnerista Frente para la Victoria, con 65 escaños, siete menos de los que poseía hasta ahora, dentro de un bloque encabezado por el exministro de Defensa Agustín Rossi.

En tercer lugar, los diputados peronistas críticos con el kirchnerismo (que también es de orientación ideológica peronista) formaron el bloque Argentina Federal, de 35 escaños, y en el que se prevé que Macri busque los apoyos necesarios para sacar adelante sus reformas, como ya ha hecho hasta ahora en la mayoría de las votaciones.

El mandato de los diputados, que se extenderá por un periodo de cuatro años, arrancará formalmente el próximo día 10, como ocurrirá con el de los 24 nuevos senadores que ya juraron sus cargos -en este caso, por seis años- la pasada semana.

En el Senado, de 72 miembros, variará la correlación de fuerzas con respecto a Diputados, ya que el bloque peronista Argentina Federal contará con 25 senadores, los mismos que el oficialismo, mientras que el grupo liderado por la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) tendrá ocho escaños.

Reforzado políticamente tras los comicios de octubre, el oficialismo tratará de aprobar ahora varias leyes, entre las que destacan las reformas laboral, fiscal y de pensiones.

Para tratar de frenar estos proyectos, miles de personas se concentraron frente al Congreso, convocadas por sindicatos y organizaciones de izquierda.

Además de los ataques al Gobierno, centraron las críticas de la marcha los sindicatos que pactaron con el Ejecutivo las reformas tras unas negociaciones en las que exigieron que se suavizasen algunos puntos.

Entre estos sindicatos se encuentra la Confederación General del Trabajo, de orientación peronista y mayoritario en el país, y a cuyos dirigentes los participantes en la marcha llamaron “traidores” en repetidas ocasiones.

El secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado, uno de los sindicatos que rechazan de pleno los proyectos del oficialismo, advirtió de que “si no les escuchan, se van a multiplicar las medidas de fuerza”, y prometió “rodear” el Congreso en el momento en que sean votadas las reformas.

En la misma línea, el secretario general adjunto de la Central de Trabajadores de la Argentina-Autónoma, Ricardo Peidro, aseguró que, para el Gobierno, la aprobación de unas medidas que consideró “un ataque a los trabajadores” no va a ser “un lecho de rosas”.

Durante la jornada, se produjeron numerosos cortes de calles que dificultaron en gran medida el tráfico en la capital, y tuvieron lugar varias huelgas sectoriales convocadas por sindicatos adheridos a la marcha.