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Los dirigentes que apoyan a Pedro Sánchez se difuminan

El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez.

Irene Castro

El PSOE pretende reconstruirse y también lo tendrán que hacer los potenciales candidatos a liderar el partido, aunque en las filas socialistas se espera el surgimiento de una tercera vía. Susana Díaz quiere limpiar su imagen tras la maniobra en Ferraz que acabó con la abstención de los socialistas para darle el gobierno a Mariano Rajoy. Pedro Sánchez tiene que restablecerse del golpe que acabó con su dimisión.

La presidenta andaluza tiene a la federación más poderosa detrás y a buena parte de los aparatos regionales. El exsecretario general está convencido de que la militancia está de su parte. También recibió muestras de apoyo de los dirigentes que le son más afines por su decisión de renunciar al escaño. Sin embargo, el silencio se ha impuesto entre los socialistas más cercanos a Sánchez.

Los dirigentes próximos al exsecretario general han dado un paso atrás y han permanecido en un segundo plano tras la entrevista de este domingo en Salvados (La Sexta). No han querido apoyar las duras críticas internas y también contra el establishment que lanzó. Ni César Luena, ni Óscar López, ni prácticamente ninguno de los miembros de la Ejecutiva que permanecieron leales le han secundado públicamente.

Algunos de los que formaron parte de la dirección de Sánchez admiten que se excedió en sus acusaciones e incluso que incurrió en “incoherencias”. Le reprochan el discurso sobre Cataluña o el intento de acercamiento a los de Pablo Iglesias. “Ahora él es el más podemita cuando firmó un acuerdo con Ciudadanos”, expresa una de esas fuentes, a quien tampoco convence el discurso sobre las dudas de la abstención: “¿Qué pensaba que le iba a decir Rajoy?”, se pregunta sobre la revelación de Sánchez de que el presidente le convenció del “no es no” al reclamarle garantías de gobernabilidad.

Otros dirigentes son más conciliadores y se limitan a decir que tiene que “aclarar” algunas de las ideas que expresó para que no se malinterpreten, pero recuerdan que ni definir a Cataluña como nación es nuevo porque ya lo defendieron Felipe González o Carme Chacón, ni el acercamiento con Podemos, ya que el PSOE gobierna en muchas comunidades y ciudades gracias a su apoyo.

“Los tiempos son muy importantes. Empezando la carrera tan pronto puede suponer que llegues desfondado”, advierte un diputado próximo a Sánchez, que le avisa, además, de que defienda “un proyecto y no solo su figura”.

En el entorno del exsecretario general admiten la distancia pública de los que hasta ahora han sido sus colaboradores. “Hay que dar un plazo a todo el mundo hasta que esto se asiente. No lo van a tener fácil en sus federaciones”, expresan esas fuentes sobre los dirigentes que defendieron a Sánchez hasta el final enfrentándose a los barones, como la asturiana Adriana Lastra o la extremeña Pilar Lucio.

“Estamos en un impasse, pero no es solo por la entrevista, es muy loable, pero hablar en caliente puede llevar a arrepentirte”, expresa una de las integrantes de la Ejecutiva de Sánchez, que reconoce que deben “rearmarse” como equipo si deciden seguir adelante. No obstante, admite que habrá que ver si finalmente se “reinicia” el proyecto para determinar si se suma.

En ese mismo sentido se pronuncia uno de los diputados que estuvo con Sánchez en los inicios de su carrera por la secretaría general: “No soy de apoyos incondicionales. Tengo que ver los proyectos”. De ese grupo inicial a Sánchez ya le ha abandonado uno de sus integrantes: el diputado segoviano Juan Luis Gordo, que se opuso en el Comité Federal de su caída a la propuesta que hizo Sánchez de celebrar un congreso exprés para revisar el liderazgo.

También el alcalde de Móstoles, David Lucas, que fue uno de sus principales apoyos en Madrid se pasó al “bando de la abstención”, junto con la diputada Ángeles Álvarez. Tras la entrevista del domingo, Rafael Simancas se sumó a las críticas contra el exsecretario general.

El abandono más sonoro ha sido el de Antonio Hernando, que en los últimos meses fue la mano derecha de Sánchez, y sobre el que el exsecretario general admitió que le ha “decepcionado” que siga como portavoz en el Congreso. Algunos de los que han sido cercanos a Sánchez están resituándose en el nuevo PSOE.

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