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La disputa por el monumento a las víctimas de Utøya, en manos de la justicia

La disputa por el monumento a las víctimas de Utøya, en manos de la justicia

EFE

Copenhague —

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La justicia noruega tendrá que resolver la disputa entre el Estado y los vecinos de Utstranda, al sur de Oslo, por la localización del monumento nacional a las víctimas de la isla de Utøya, donde el ultraderechista Anders Behring Breivik cometió una masacre en julio de 2011.

Los vecinos, muchos de los cuales ayudaron a rescatar a decenas de jóvenes que se habían lanzado al agua huyendo de Breivik, rechazaron esta semana la oferta del Estado para desechar el actual proyecto y consensuar uno nuevo, lo que en la práctica aboca el caso a los tribunales, donde presentaron una demanda hace tres meses.

Lo que piden los demandantes es que el monumento, una hendidura en la roca ideada por el artista sueco Jonas Dahlberg, sea colocado en otro lugar, porque consideran que su ubicación en el promontorio de Sørbråten, frente a la isla, violaría la ley vecinal y provocaría daños psicológicos al recordarles continuamente la tragedia.

“No podemos volver a considerar todo. Es importante que Noruega tenga un monumento conmemorativo por la tragedia que nos afectó a todos en 2011. Queremos evitar un proceso largo y doloroso”, ha dicho estos días el ministro de Gobierno local, Jan Tore Sanner.

El proyecto de Dahlberg, “Herida en la memoria”, fue escogido en febrero de 2014 por un jurado de expertos y representantes del grupo de apoyo a las víctimas y de las Juventudes Laboristas (AUF, por sus siglas en noruego), propietarias de la isla donde celebran su congreso anual y en la que se cometió el ataque ultra.

El plan inicial era comenzar las excavaciones dos meses después para que estuviera listo el 22 de julio de 2015, cuarto aniversario del doble atentado -primero en el complejo gubernamental de Oslo, luego en Utøya-, que se saldó con 77 víctimas mortales.

Pero pocas semanas más tarde, los vecinos crearon una asociación e iniciaron una campaña de protesta contra el proyecto y su ubicación, criticando que las autoridades los hubieran ignorado a la hora de tomar una decisión.

Algunos familiares de las víctimas se unieron además a los reproches, oponiéndose a que los nombres de sus allegados figuraran inscritos en la roca, como estaba previsto.

Ante las críticas las autoridades decidieron retrasar el proyecto un año, pero el plazo no se cumplió.

La negativa del Estado a buscar una nueva localización hizo que los vecinos anunciasen hace unos meses una demanda y que hayan rechazado también la oferta de las autoridades de un proyecto alternativo.

“El Estado no nos deja otra elección que seguir con el caso en los tribunales. Es grave que ignore los daños que el monumento, situado en medio de la vecindad, puede causar a los vecinos. En vez de exponernos a más daños psíquicos, habríamos apreciado que tratase de ayudar a la gente de Utstranda”, denunciaron en un comunicado.

En el escrito presentado esta semana al juzgado el abogado del Estado mostró “comprensión” hacia los vecinos, pero negó que se haya violado la ley y mantuvo la oferta de negociación.

Los vecinos consideran además que el contrato de alquiler firmado con el propietario del terreno en 2013 por medio siglo y que en teoría no puede rescindirse, no solo es deficiente, sino que como han pasado tres años y aún no hay permisos de construcción, es nulo.

Su tenacidad ha sido criticada por otras partes involucradas en la tragedia.

El líder de las Juventudes Laboristas, Mani Hussaini, se ha mostrado “decepcionado” y “muy sorprendido” con que se opongan a la ubicación del monumento y no solo a la forma, pero los vecinos recalcan que siempre se han opuesto a la localización escogida.

El grupo de apoyo a las víctimas les ha invitado también a reconsiderar su postura y evitar un proceso judicial “desgarrador”, que seguiría al juicio de varios meses contra Breivik celebrado en 2012 y al que tuvo lugar el año pasado tras demandar el ultra al Estado por malos tratos en prisión.

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