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La empresa de salvamento del “Prestige” dice que De Mesa “insistía” en alejar el barco de la costa

EFE

A Coruña —

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El directivo de la empresa de salvamento marítimo Smit Salvage Albert Koffeman ha afirmado hoy que el exdelegado del Gobierno en Galicia Arsenio Fernández de Mesa era quien “más insistía” en “sacar fuera” el “Prestige” tras el accidente que sufrió el 13 de noviembre de 2002.

Koffeman fue el responsable de negociar con las autoridades españolas las diversas alternativas para tratar de salvar el “Prestige” después de que la armadora del petrolero contratara con este fin a Smit Salvage, una de las empresas más importantes del mundo en el rescate de barcos en dificultades.

El directivo de Smit Salvage ha declarado esta mañana como testigo ante el tribunal de la Audiencia de A Coruña que juzga los daños medioambientales causados por el “Prestige”, que provocaron la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España.

Este testigo había declarado previamente ante un juzgado francés por esta causa y afirmó entonces que le dio la impresión de que De Mesa, actual director general de la Guardia Civil, a quien se ha referido como “el gobernador”, “era la persona que mandaba”.

“Todo el tiempo decía fuera”, ha señalado hoy Koffeman rememorando los contactos que mantuvo en A Coruña con el exdelegado del Gobierno tras el accidente del “Prestige”.

En su declaración de esta mañana, Koffeman ha calificado de “frustrantes” los contactos mantenidos con las autoridades españolas, y ha denunciado que no le dieron la oportunidad “de explicar nada” y se limitaron a exigir que había que alejar el petrolero a 120 millas de la costa.

Ha añadido que desde que la empresa Smit Salvage se hizo cargo del rescate se dieron cuenta de que la única opción era llevar el barco a una zona de abrigo porque la situación era “muy crítica”.

Ha explicado que cuando el personal de Smit Salvage embarcó en el “Prestige”, el 15 de noviembre de 2002, el buque se encontraba a 60 millas del litoral, por lo que si era remolcado a una velocidad de dos nudos podría llegar a un puerto gallego en tres días.

“Era obvio que si no se abrigaba, el barco acabaría partiéndose aunque no sabíamos cuanto iba a aguantar”, ha apostillado.

Ha afirmado que la decisión de alejar el barco no fue inteligente porque, ha explicado, “estaba claro que el barco se iba a romper y se abría el ángulo por lo que los daños por contaminación iban a ser mucho mayores”.

“No fue solamente una negativa. Las reuniones con las autoridades españolas fueron algo frustrante porque ni siquiera permitieron que se plantearan alternativas. No hubo la posibilidad de hablar. Solamente me decían fuera”, ha declarado el testigo.

Koffeman ha asegurado que si el barco se hubiese llevado a un puerto refugió “se habría salvado” y el daño por contaminación habría sido “menor”.

“Si hubieran habido personas razonables, las cosas habrían sido de otra forma”, ha manifestado el directivo de Smit Salvage, quien ha insistido en que tenía la “firme convicción” de que el “Prestige” habría tenido tiempo de llegar a un puerto gallego antes de partirse.

Al respecto, ha remarcado que existen “multitud” de ejemplos de petroleros que vertían carga a los que se le permitió entrar en puerto.

También ha negado que el Gobierno español le planteara llevar el barco a Canarias, como consta en un informe adjunto a la causa, y ha precisado que fue él mismo quien lo sugirió ante la negativa de poder ir a un puerto más cercano.

El equipo enviando por la empresa Smit Salvage abandonó finalmente el “Prestige” el mismo día 15 de noviembre tras estar a bordo unas quince horas, y el barco fue remolcado mar adentro hasta que finalmente se partió en dos y se hundió el 19 de noviembre de 2002.

Los tres acusados en este juicio son el exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors; el capitán del “Prestige”, Apostolos Mangouras, y el jefe de máquinas del petrolero, Nikolaos Argyropoulos, ambos de nacionalidad griega, para los que se piden penas de prisión que oscilan entre los 5 y los 12 años.

El Ministerio Fiscal reclama por la 'marea negra' provocada por el hundimiento del 'Prestige' indemnizaciones por daños que suman 4.442 millones de euros.

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