El expresidente extremeño Rodríguez Ibarra achaca “los males del PSOE” a las primarias
El expresidente socialista de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha asegurado este viernes, en una entrevista concedida a Onda Cero, que “muchos de los males del PSOE” son consecuencia de las primarias y de darle “responsabilidad y voz a la gente”. Porque los militantes no tienen ni cuentan con “los mismos datos, la información y la responsabilidad que los dirigentes”. Además, ha expresado su deseo de “volver a la cultura anterior de representación” -a través de delegados- porque “el sistema de elección por primarias ha provocado que cualquiera pueda ser líder del partido. Ahora se puede presentar cualquiera”.
Asimismo, en una entrevista en Espejo Público (Antena 3), Rodríguez Ibarra también ha manifestado que pone “la mano en el fuego” por los expresidentes andaluces, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, después de que la Fiscalía Anticorrupción pidiese seis años de cárcel por delitos continuados de malversación de caudales públicos y prevaricación, para el primero, y diez años de inhabilitación especial por un único presunto delito de prevaricación continuada para el segundo. “El presidente de la Junta no podía estar al tanto de los trabajadores que recibían las ayudas. Puede que cometieran el error de no enterarse de lo que pasaba. Pero no se llevaron dinero”. Y ha asegurado que “cada vez que hay un proceso electoral en Andalucía ha habido un proceso judicial contra el PSOE”.
Por otro lado, el expresidente extremeño ha afirmado que si Pedro Sánchez tuviera la tentación de formar gobierno con Podemos, ERC y Convergència, se iría del partido, porque es un “disparate”. Por ello, ha insistido en que “el PP debería plantearse hacer un sacrificio y cambiar de candidato. Entonces, podría dirigirse al PSOE y proponerle cambiar de voto”.
Sobre la decisión de la exalcaldesa de València, Rita Barberá, de abandonar el Partido Popular y no su escaño en el Senado, Rodríguez Ibarra ha opinado que pese a no sentir “ninguna simpatía hacia Barberá”, ésta no debería dimitir. Porque no hay “una sentencia o indicios claves” para juzgarla. “Nos hemos convertido en un pueblo justiciero”, ha asegurado. “Y no estamos respetando el estado de derecho”.
