La familia de Couso toma el ejemplo de las madres de mayo para seguir su lucha

“Seguiremos como la gota malaya para dentro de treinta años y como ha ocurrido con las madres de mayo ver a los militares que asesinaron a Couso en un juicio”. Con estas palabras Javier Couso, uno de los hermanos del cámara fallecido en Irak, se refiere a una lucha de la que ya se han cumplido diez años.

Couso, en representación de la familia, ha puesto este ejemplo de lucha en una entrevista con Efe después de haber pedido por segunda vez a la Audiencia Nacional que se investigue por encubrimiento a funcionarios de Estados Unidos, entre ellos un oficial del ejército y un responsable de Interpol.

En concreto, la familia del cámara presentó ayer un recurso contra un auto en el que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz advirtió al Gobierno español, “a los efectos oportunos”, de la falta de colaboración de las autoridades estadounidenses para esclarecer la muerte de este cámara a manos presuntamente de tres militares, que actualmente se encuentran en busca y captura.

No obstante, el magistrado estimó que el encubrimiento que se denuncia “no encaja” entre las competencias de la Audiencia Nacional.

Al no poner a disposición de la Justicia española a estos tres militares que supuestamente ordenaron, autorizaron y efectuaron el disparo al hotel Palestina, donde estaba Couso, Estados Unidos estaría vulnerando el tratado bilateral de extradición que tiene con España, según sostiene Pedraz en su auto.

Por ello, el hermano de Couso ha criticado que Estados Unidos, al que ha calificado de “Estado gamberro”, no cumpla con sus obligaciones internacionales, al mismo tiempo que ha censurado al Gobierno español por adoptar “una actitud sumisa ante un poder extranjero”.

En este sentido, Javier ha considerado que el Gobierno de España debería ser garante de que se cumplan los tratados bilaterales, algo en lo que coincide Pedraz, que haciendo suyos los argumentos del fiscal, sostiene que el cumplimiento o no de los tratados internacionales queda “en manos de las autoridades políticas”.

Ante esta situación, la familia de Couso prefiere seguir por la vía judicial porque, según ha destacado Javier, “desconfían de ambos gobiernos”, sobre todo después de que en julio de 2010 los documentos filtrados de Wikileaks revelaran que la embajada estadounidense había ejercido presiones sobre el Gobierno español para archivar el caso.

Con este intento de que se juzgue un presunto delito de encubrimiento por parte de Estados Unidos, la familia de Couso pretende que se ejecuten las órdenes de extradición y se sienten en el banquillo de los acusados estos tres militares, a los que Pedraz imputa un delito contra la comunidad internacional en concurso con uno de homicidio.

Desde que Pedraz asumió la investigación de la muerte de Couso en 2005, ha ordenado en tres ocasiones la búsqueda y captura de estos tres militares estadounidenses, la última después de que el Tribunal Supremo reabriera la causa tras los documentos filtrados de Wikileaks.

“Seguiremos como la gota malaya para dentro de treinta años y como con las madres de mayo ver a los militares que asesinaron a Couso en un juicio”, ha señalado el hermano del cámara, quien ha hecho suya la consigna de que “la única lucha que se pierde es la que se abandona”.

Beatriz Pascual.