Los familiares de una mujer desaparecida en Ourense notan “cada día una pedrada”

Familiares de la mujer de 43 años desaparecida en Ourense continúan a la espera de alguna pista que pueda indicar su paradero, y es que tras cuatro días sin noticias, afirman que “cada día que pasa es una pedrada”, tanto física como mental, según ha asegurado el primo y portavoz de la familia, Jesús María Pérez.

Desde que desapareció el sábado, un amplio operativo de búsqueda trata de localizar -sin descanso- cualquier pequeño detalle que les indique qué pudo ocurrir a esta mujer.

Ese día (el sábado), ha explicado Pérez, Socorro Pérez, como acostumbraba, “fue a comer a casa de mis tíos”, en Rabo de Galo.

Durante la comida, madre e hija habían quedado en ir al día siguiente, coincidiendo con la celebración del Día de la Madre, al balneario de Augas Santas, en Ferreira de Pantón, para pasar la tarde.

Desde entonces, la familia no tuvo más noticias de ella y la inquietud fue en aumento. Una vez en el piso, y al ver que nadie contestaba al interfono, la madre fue a por las llaves y entró en la casa, donde “no encontró a nadie”.

Mientras siguen todas las hipótesis abiertas, la familia descarta un posible robo, puesto que no hallaron signos de desorden en el interior.

“Aparentemente está todo en orden, Socorro había dejado el teléfono móvil, la documentación personal, cuentas, y no había ningún síntoma de robo”, ha detallado Pérez, quien apunta que eso fue lo que hizo “sonar todas las alarmas”, ha aclarado.

Ese mismo día, los familiares tramitaron la pertinente denuncia por la desaparición. La última pista la facilitaba un vecino, quien vio a Socorro en la zona del barrio de Vistahermosa, pasadas las 20:30 horas “cuando volvía de hacer deporte”.

Desde entonces, familia y vecinos no saben de nada de esta orensana.

“Están todas las posibilidades y también todas las incógnitas abiertas”, ha añadido. De hecho, las llaves de la vivienda fueron localizadas en el buzón donde solía dejarlas “habitualmente” cuando salía a hacer deporte.

De personalidad ordenada y metódica, Pérez ha explicado que “no era de estar en las redes sociales ni de ir a la discoteca”. Le gustaba la lectura, viajar, “a veces iba a tomar algo”. Otro de sus hábitos era “ir a la Biblioteca pública de Ourense”.

De hecho, estos días tenía previsto colaborar con la parroquia de su barrio de Ourense, en O Couto, con motivo de la novena de Fátima y hacer en verano un viaje a Inglaterra, a donde solía acudir todos los años.

Nadie se explica qué le pudo ocurrir a Socorro Pérez, a quien describen como una persona “muy buena” e incluso “un poco ingenua” y “demasiado confiada”.

“Problemas de índole económico no tenía, de índole familiar tampoco, tenía una relación cordial con la familia”, ha explicado Pérez, quien desconoce si tenía alguna relación sentimental.

Por el momento, la familia no pierde la esperanza y ha colocado carteles en diferentes puntos de la ciudad, en concreto en los sitios donde se cree que pudo desaparecer a fin de que cualquiera que tenga noticias de ella o halle alguna pista se comunique con ellos.

A la espera de un milagro, Pérez ha subrayado que toda la familia está “bastante rota” después de cuatro días sin noticias de ninguna índole, mientras las esperanzas “se diluyen”.

En su casa, “se están empezando a mentalizar” para lo peor y “sólo desean que aparezca, sea como sea”, pues el pesimismo “cunde y va a peor”, ha indicado.

“Cada día que pasa es como una pedrada, a nivel físico y a nivel mental”, ha asegurado Pérez.

Actualmente, la búsqueda se centra en los lugares a los que solía acudir a correr y a hacer deporte y en el barrio de Vistahermosa hacia Piñor.

Unidades de Seguridad Ciudadana, Policía Nacional, de la Guardia Civil con perros de rastreo y Protección Civil, rastrea las orillas del Río Miño y el perímetro de la ciudad, y zonas como el monte del Seminario.

Además, los bomberos de la ciudad buscan alguna pista en el río por la zona termal que comunica A Chavasqueira con Outariz.

La familia habla de desaparición “inquietante” y “misteriosa”. En su móvil no hallaron llamadas sospechosas. Antes de salir a correr el sábado por la tarde, fue vista en el Paseo de las Ninfas, entre Vistahermosa y Reza, con ropa deportiva.