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La imputación de la infanta no es un asunto trascendente para los inversores extranjeros

La infanta Cristina, a la salida de su casa. / Efe

Maruxa Ruiz del Árbol

Londres —

Hace días que los inversores de la City londinense tenían una cita fijada para escuchar las conclusiones del informe: Spain a land of opportunities (España, una tierra de oportunidades), elaborado por el Consejo Empresarial para la Competitividad y presentado por el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán. Si antes de la imputación de la infanta Cristina ya era ambicioso querer convencer a la City de que España es actualmente el lugar más adecuado para hacer negocios, la llamada ante el juez de la hija del rey no parecía facilitar precisamente la tarea de persuasión de los empresarios españoles.

Financial Times, The Times, The Guardian, The Independent… Todos los diarios británicos se han hecho eco de la noticia que vincula a la familia real española con el caso Nóos. Pero sorprendentemente este jueves en la presentación de España como tierra de oportunidades nadie lo mencionó: ni los ponentes (Galán y el ex secretario de Estado de Economía José Manuel Campa) ni los inversores, que se interesaron por otros asuntos en el turno de preguntas. ¿Es que no afecta la noticia a la reputación de España? ¿Es que la corrupción de la monarquía no es un tema a tener en cuenta por un inversor extranjero? Durante el cocktail, una vez terminado el acto oficial, eldiario.es preguntó a los asistentes con resultados muy distintos en uno y otro lado, empresarios españoles e inversores británicos.

Entre los empresarios españoles fue imposible obtener una declaración on the record. El propio Galán esquivó de la pregunta con un “hoy no hemos venido a hablar de eso”. Situación delicada la de los empresarios españoles que hasta hace pocos meses se rifaban la presencia de los reyes o los príncipes en sus inauguraciones y entregas de premios como una figura solvente a la que asociar sus marcas.

Los inversores extranjeros, al contrario, no tuvieron reparo alguno en responder dando su nombre y apellido. “Honestamente, esto no es un asunto grave para los inversores británicos. Nosotros mismos hemos tenido nuestros propios escándalos en la monarquía. Como inversor asumo que siempre habrá cierto nivel de corrupción en las instituciones, sea la monarquía, sea la política. Cuanto menos mejor, por supuesto, pero me preocupa más que haya un marco legal estable. Ese marco legal falta en España en el sector de la energía [que es del que yo me ocupo]. En España es muy difícil confiar en que un plan energético se mantenga a medio plazo. Para mí eso es un quebradero de cabeza mucho mayor que lo que está sucediendo con vuestra monarquía”, comenta Harold Hutchinson, analista experto en energía de Investec Securities.

Otro inversor norteamericano, Tim Murley, de HgCapital, comentó que a él le consterna mucho más la “falta de transparencia” y “cultura incestuosa” de las compañías españolas. “España tiene un círculo cerrado de grandes compañías que tienen relaciones estrechas y tratos privilegiados con el Gobierno. Esas compañías llegan a obtener fondos, hacen lobby y consiguen objetivos pero en los últimos cinco años más de 400.000 pequeños negocios han tenido que cerrar por falta de crédito. No me preocupa lo que pase con la monarquía, sí que España tenga un tejido equilibrado de pequeñas y grandes empresas saludables que creen un tejido sostenible contra la crisis”.

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