La irrupción del EI en Libia puede servir para que las milicias se unan frente a un enemigo común, según la ONU

La irrupción y posterior expansión del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Libia puede actuar, aunque suene paradójico, como un “factor unificador” entre las distintas milicias que libran una guerra civil en el país magrebí, ha apuntado este martes el enviado personal del secretario general de la ONU en Libia, el español Bernardino León.

En un principio el EI estaba solo presente en el este de Libia, donde era fundamentalmente un problema para los actores militares que controlaban las ciudades de Derna y Benghazi. Pero en la medida en que el EI se ha extendido hacia el oeste del país, también se ha convertido en una amenaza para las milicias en esta zona, que se están enfrentando con el grupo terrorista.

“Quienes están luchando hasta ahora en la guerra civil en el este y el oeste han encontrado un enemigo común en DAESH y éste podría ser un factor que ayudara, y de hecho les está haciendo pensar a ambos, que tienen que concentrarse en esa amenaza, que puede convertirse el día de mañana en una amenaza que complique realmente la construcción de un Estado en Libia”, ha explicado León a la prensa tras participar en un seminario sobre la política de vecindad de la UE organizado por la Embajada de Letonia, el Club de Madrid y el Real Instituto Elcano.

León está metido de lleno en la búsqueda de un acuerdo político entre los distintos actores enfrentados en Libia, dividida por la existencia de dos Gobiernos y dos Parlamentos rivales, con sedes en Trípoli y Tobruk, que se disputan el poder de los recursos del país y a quienes apoyan distintas milicias que luchan entre sí.

El diplomático mantiene la esperanza de poder alcanzar un acuerdo en torno a la creación de un Gobierno de unidad nacional para antes del próximo 27 de junio, cuando comienza el mes de Ramadán, aunque reconoce que no será “fácil”. “Hemos avanzado mucho en los últimos meses y vamos a hacer una nueva propuesta y a ver cómo reaccionan las partes”, ha dicho.

La creación de este Gobierno de unidad nacional sería el primer paso para intentar construir un Estado en Libia que “ponga los medios necesarios para el control de fronteras, de vías de tránsito y de puntos de salida”, que en la actualidad y como consecuencia del enfrentamiento de las milicias en una guerra civil deja el campo abierto a las mafias.

LA UE TENDRÁ QUE ESTAR PRESENTE EN LIBIA

Pero aunque se alcanzase un acuerdo, León advierte de que el caos que representa hoy Libia no es una cuestión que pueda solucionarse “en tres días”, sino que va a “requerir tiempo, poner muchos medios a disposición y probablemente la presencia de europeos en Libia, como ya se planteó hace tres años con la misión de la UE” de control de fronteras.

En caso de que se revelase imposible la formación de un Gobierno de unidad nacional, Libia avanzaría hacia una situación de “vacío político”, advierte. En un escenario así, el plan B, admite León, pasaría por que el Consejo de Seguridad de ONU decidiera “bien intentar explorar si hay actores políticos con los que se pueda seguir trabajando en Libia, bien explorar la posibilidad de trabajar para una misión de estabilización en el país”.

El diplomático también se ha referido a la operación militar que la UE ha propuesto para luchar contra las mafias que trafican con seres humanos en Libia y se ha mostrado partidario de que la UE se movilice en este sentido, siempre que lo haga “en paralelo” al proceso político.

En su opinión, los europeos están actuando de modo correcto y él personalmente mantiene un estrecho contacto con la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini. León ha rechazado denominar “intervención militar” a la operación que plantea la UE, pues no se trata de enfrentarse militarmente a nadie, sino de “arrestar a las tripulaciones” de esos barcos pesqueros o pequeños mercantes que emplean las mafias para llevar a los inmigrantes hasta las costas europeas.

ARRESTAR A TRAFICANTES, NO DESTRUIR BARCOS

Hasta donde él conoce, no prosperará la idea sugerida por los europeos de destruir esos barcos, por la oposición que Rusia ha expresado en ese sentido. Pero, en opinión de León, tampoco es que haya una gran diferencia entre “simplemente retener un barco o inutilizarlo para la navegación, a destruirlo”.

León ha compartido la preocupación de los europeos con respecto a que, dentro de estos grandes flujos de inmigrantes que intentan alcanzar las costas europeas en busca de una vida mejor se mezclen elementos del Estado Islámico u otros grupos terroristas.

Hoy por hoy, la operación que plantean los europeos no contempla intervenir en tierra, solo en el mar. Para una posible intervención en puertos, se necesitaría la colaboración de las autoridades de esas localidades portuarias.

A este respecto, el diplomático español ha puesto en valor el diálogo que están manteniendo los representantes de municipios como Misrata, Tobruk y Benghazi con los europeos en busca de posibles colaboraciones, ya que es de vital importancia que los movimientos de la UE no se interpreten como apoyo a un bando u otro.

Durante su intervención en el seminario, León se ha mostrado convencido de que el problema de Libia “no se puede solucionar con una intervención militar”, pero ha reconocido que será necesario algún tipo de intervención, posiblemente europea, para “garantizar la seguridad” del país.

León, que antes de su actual cargo en la ONU fue el representante del Servicio Europeo de Acción Exterior para el sur del Mediterráneo, ha asegurado que en esta región hay “un apetito por Europa”, a la que quieren tener como “socio”, y ha hecho un llamamiento especial a los europeos para que inviertan “seriamente” en la transición iniciada en Túnez.