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La paz entre israelíes y palestinos requiere de más mujeres negociadoras

La paz entre israelíes y palestinos requiere de más mujeres negociadoras

EFE

Jerusalén —

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Los esfuerzos para resolver el histórico conflicto entre israelíes y palestinos adolecen de una ausencia crónica de mujeres que puedan aportar una visión más amplia y comprensiva a las negociaciones y, con ello, potenciar la posibilidad de un acuerdo.

Es la conclusión a la que han llegado los participantes de un encuentro celebrado en Jerusalén sobre el papel de la mujer en la alta política israelí y palestina o, en realidad, de su ausencia en los estamentos políticos, judiciales y militares que deciden vis-a-vis el destino de sus pueblos.

El encuentro, que reunió a mujeres israelíes y palestinas bajo el manto de la conciliadora ONG IPCRI, analizó el alcance efectivo a nivel local de la Resolución 1325 del Consejo del Seguridad de Naciones Unidas, aprobada por unanimidad en octubre de 2000 y que exhorta a la adopción de una perspectiva de género en la resolución de los conflictos por todo el mundo.

“Incluir mujeres en procesos de paz o en procesos políticos significa resultados mejores y más sostenibles: más mujeres significa más paz”, aseguró la diplomática sueca Alexandra Rydmark al presentar los resultados de una investigación académica.

Suecia adoptó en 2015 la llamada “Política Exterior Feminista” para una aproximación de género a todos los asuntos diplomáticos y de Estado, que Rydmark expuso para concienciar a israelíes y palestinas de la necesidad de involucrar a la mujer en la resolución de su propio conflicto.

Aunque en el lado israelí han existido personajes al frente de la alta política como la primer ministra Golda Meir o la extitular de Exteriores Tzipi Livni, e incluso la actual titular de Justicia, Ayelet Shaked, la desigualdad de género es notoria.

La diputada laborista Ksenia Svetlova subrayó esa disparidad que hay en organismos como el Ministerio de Exteriores o los relacionados con la seguridad de Estado, donde la supremacía masculina es histórica, y las decisiones sobre paz y guerra casi inapelables.

Sobre la posible contribución a una reconciliación de las mujeres, a su juicio más resolutivas, recordó la famosa cita de Margaret Thatcher: “Si quieres que se diga cualquier cosa, pídeselo a un hombre. Si quieres que se haga algo, pídeselo a una mujer”.

En la historia del movimiento nacional palestino también ha habido algunas mujeres destacables, entre ellas la actual miembro del comité ejecutivo de la OLP, Hanán Ashraui, quien participó en la Conferencia de Paz de Madrid de 1991, o la actual alcaldesa de Belén, Vera Baboun.

Pero, según la palestina Nivine Sandouka, codirectora de IPCRI, desde entonces se ha producido un retroceso significativo.

“Los acuerdos de Oslo (de 1993) marginaron los problemas de la mujer y las apartó de los foros de decisión”, aseguró sobre la cada vez más escasa presencia de mujeres en los estamentos políticos palestinos.

De esta forma, de los diputados elegidos en las elecciones de 2006 -las ultimas celebradas- sólo un 13 % eran mujeres, una ausencia más notoria en el partido islamista Hamás que en Al Fatah.

“Pero incluso en este partido (nacionalista) las candidatas eran presentadas como 'esposa de' o 'hermana de'”, se quejó.

Un reciente estudio realizado en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este revela que entre los embajadores palestinos sólo un 4 % son mujeres, entre los jueces apenas un 11 %, y entre los políticos un 16 %, y en este caso “sólo llegan hasta un cierto nivel (jerárquico)”.

Y culpa en primer lugar a las “tradiciones” y a la “religión”, aunque también a la “ocupación” israelí, porque si una mujer llega a pasar por una prisión ello le crearía “un estigma” social.

Sandouka prevé que esta ausencia perdurará en la próxima generación, porque “ni siquiera las mujeres se apoyan las unas a las otras”, “los partidos políticos son patriarcales” e incluso “los medios de comunicación suelen atribuirles una mera función reproductiva”.

“La resolución 1325 es una herramienta para legitimar a la mujer y que pueda influir en el campo de la seguridad. Es una perspectiva que las legitima al hablar de paz, para insertar la narrativa femenina del conflicto”, sostuvo Netta Loevy, coordinadora de la ONG que aplica en Israel esa decisión internacional.

El reverendo Gary Mason, que participó en el proceso de pacificación de Irlanda del Norte, fue en ese sentido mucho más contundente, e instó a poner a “40 hombres en una sala” de negociaciones: “El encuentro estaría destinado al desastre”.

“Comprensión, habilidad de escuchar y mayor capacidad de razonamiento... eso es lo que las mujeres llevan a la mesa de negociación”, concluyó sobre su experiencia.

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