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La líder laborista escocesa dimite por desacuerdos con la cúpula de Londres
La líder del Partido Laborista escocés Johann Lamont, clave para la victoria del 'no' en el referéndum de independencia de Escocia, anunció este sábado su dimisión entre desacuerdos con la cúpula de la formación en Londres.
En un artículo en el periódico local “The Daily Record”, Lamont, que ocupaba el cargo desde 2011, acusa a la dirección del partido y a su líder Ed Miliband de tratar al Partido Laborista escocés “como una sucursal”.
La sorpresiva marcha de Lamont, descontenta por el excesivo control que ejerce la cúpula central, puede poner en dificultades al Partido Laborista británico de cara a ganar las elecciones generales de mayo de 2015, frente al Partido Conservador de David Cameron.
En su artículo, Lamont critica los cambios en el partido regional dictados sin consultarla desde Londres y acusa al equipo de Miliband de actuar pensando en sus intereses en el Parlamento británico sin tener en cuenta las necesidades de Escocia.
La veterana laborista recordó que la política escocesa ha cambiado desde el histórico referéndum del pasado 18 de septiembre y el Parlamento escocés, que recibirá más competencias, ha cobrado más relevancia. “Así como el Partido Nacionalista Escocés (SNP) debe aceptar que la voluntad de los escoceses es una mayor autonomía (en detrimento de la independencia), el Partido Laborista ha de reconocer que el partido (laborista) escocés tiene que ser autónomo y no una mera sucursal del partido con sede en londres”, afirmó.
Nicola Sturgeon, líder del SNP y futura ministra principal escocesa en sustitución de Alex Salmond, dijo que la renuncia de Lamont demuestra que el Partido Laborista escocés está “al borde del colapso”. El voto laborista en Escocia es fundamental para que el Partido Laborista británico obtenga una mayoría cómoda en el Parlamento británico, donde ahora domina la coalición conservadora-liberaldemócrata.
Entre los posibles candidatos a suceder a Lamont suenan el diputado británico Jim Murphy y el exprimer ministro laborista Gordon Brown, cuya intervención en la campaña del referéndum se consideró fundamental para el triunfo del 'no', que ganó con el 55 % de los votos.
