Al menos cuatro muertos por la violencia en el Líbano desde el pasado viernes

Al menos cuatro personas han muerto y otras 36 han resultado heridas, entre ellas cuatro militares, desde el pasado viernes por enfrentamientos en la ciudad de Trípoli, en el norte del Líbano, informaron hoy a Efe fuentes policiales.

Además, en las últimas horas fue secuestrado en el valle oriental de la Bekaa un seminarista de la diócesis de México, Rami Azi, de 25 años, indicaron medios locales.

Según estos medios, el hermano del seminarista, Mansur Azi, recibió una llamada de un número de teléfono sirio en la que su interlocutor le aseguró que su hermano “estaba en Siria”.

Sin embargo, fuentes policiales, consultadas por Efe, aseguraron que no hay pruebas de que el secuestrado fuera llevado al país vecino y creen que todavía sigue en el Líbano.

Hoy, la ciudad de Trípoli vive una situación de relativa calma, con colegios y universidades cerradas, el tráfico paralizado y la carretera internacional que une Trípoli con la región fronteriza de Akar también clausurada, informó la agencia nacional de noticias, ANN.

Además, de manera intermitente se escuchan ráfagas de armas de fuego, a las que el ejército responde con disparos.

Durante la noche, los combates se intensificaron entre los vecinos de los barrios de Bab el Tebaneh, de mayoría suní, y Yabal Mohsen, de predominio alauí, secta del chiísmo a la que pertenece el presidente sirio Bachar al Asad.

El repunte de la violencia coincidió con el asesinato el viernes de Taleb Asi, sobrino del jeque Asad Asi, que es el jefe del Consejo Islámico alauí.

Asi murió por disparos de un grupo de desconocidos cuando se encontraba en un autobús en Trípoli, en un suceso en que también resultó herido su acompañante Mohamed Eid.

La seguridad se ha deteriorado en el Líbano desde el inicio del conflicto sirio, en marzo de 2011, con un aumento de los enfrentamientos sectarios, los atentados terroristas y los secuestros, además de los bombardeos.

La crisis siria ha acrecentado, además, las divergencias entre los libaneses, divididos entre los partidarios y detractores del mandatario sirio.