La negociación de la Mesa del Congreso, el primer paso para la investidura

La negociación para la formación de la Mesa del Congreso y la elección del nuevo presidente de la Cámara Baja, prevista para el próximo 13 de enero, será el primer paso para la investidura del futuro presidente del Gobierno, que se presenta todavía con fecha muy incierta.

El Congreso y el Senado elegidos el 20D se constituirán el próximo 13 de enero a las diez de la mañana, justo en la semana siguiente al final de las fiestas navideñas, tal y como estableció en su día el decreto de convocatoria de los comicios.

La sesión constitutiva del Congreso estará presidida inicialmente por el diputado electo de mayor edad que estará ayudado, en calidad de secretarios, por los dos más jóvenes, en lo que se llama la “mesa de edad”.

Ellos serán los encargados de dirigir un pleno en el que los nuevos diputados tendrán que elegir en votación con papeleta y en urna a la Mesa de la Cámara, el órgano de Gobierno de la institución.

La Mesa debe reproducir a grandes rasgos y con un número limitado de miembros la composición de la Cámara, aunque en la pasada legislatura sólo dio cabida a los tres principales grupos parlamentarios que salieron de las elecciones de 2011, PP, PSOE y CiU. El PP tenía, como es lógico, la mayoría absoluta de sus miembros.

Todo indica que a partir de enero tendrán que acoger al menos al PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, aunque por lo ajustado del resultado no es fácil prever con qué mayorías.

Dentro del plazo de los quince días siguientes a la celebración de esa sesión constitutiva del 13 de enero tendrá lugar la solemne sesión de apertura de la legislatura.

En esos días, aunque sin unos plazos definidos, el Rey llamará a consultas a los representantes de los partidos políticos para que, en función de los apoyos de unos y otros, eleve una propuesta de candidato para presidente del Gobierno, candidato que se someterá a la confianza del Congreso en el debate de investidura.

El Reglamento del Congreso establece que si en este debate el candidato propuesto obtiene el voto de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso -al menos 176 votos favorables-, será investido presidente.

Si no obtuviera dicha mayoría, se procederá a una nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere mayoría simple, esto es, más votos a favor que en contra, en donde entran en juego las posibles abstenciones.

En caso de que transcurran dos meses a partir de la primera votación de investidura y ningún candidato haya obtenido la confianza del Congreso, el presidente del Congreso comunicará al Rey la convocatoria automática de nuevas elecciones generales.

A la vista de los resultados de este 20D, todo indica que la investidura del próximo presidente del Gobierno llevará tiempo ante la complejidad de los pactos.

Nunca se había dado la circunstancia de que el partido más votado hubiera obtenido un número tan corto de escaños, por lo que se abre un abanico de posibles acuerdos que hacen muy difícil calcular cuándo puede estar formado el nuevo Gobierno.

Desde un Gobiero del PP en minoría apoyado por Ciudadanos y con la abstención del PSOE, a un multipartito liderado por los socialistas con Podemos, ERC, IU y algún otro grupo nacionalista.

Una hipótesis compleja que ya barajaba el Ejecutivo en funciones del PP, que tiene encargado un informe jurídico para delimitar con exactitud qué decisiones puede adoptar en este periodo transitorio que puede ser largo y que, de no llegarse a ningún acuerdo, podría desembocar en nuevas elecciones en primavera.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2016 ya están aprobados, lo que allana el camino, aunque el Ejecutivo quiere tener claro qué puede aprobar en este tiempo y qué no.