La negociación nuclear sobre Irán se retomará la semana próxima en Viena

Después de cuatro intensos días de reuniones entre Irán y seis grandes potencias, las partes acordaron hoy un receso de varios días para volver a verse a partir del miércoles próximo en Viena, informaron fuentes de la negociación.

“El miércoles comenzarán las reuniones, posiblemente a nivel de expertos y más adelante se incorporarán los directores políticos”, dijo a la prensa el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Ryabkov, tras salir del céntrico hotel de la capital austríaca donde se mantuvieron los contactos esta semana.

El negociador ruso explicó que sigue habiendo diferencias en “tres o cuatro temas”, y agregó que, aunque no ve posibilidad de “retrocesos, ni riesgo de revisar lo ya hecho”, esta negociación “no es un proceso exento de problemas”.

Las partes se han puesto un plazo de aquí al 30 de junio para cerrar los detalles legales y técnicos de un acuerdo, cuyos principios fueron pactados el pasado 2 de abril en Lausana, Suiza.

El viceministro de Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araqchi, había dicho anoche a la prensa iraní que el objetivo es “completar los espacios en blanco” del borrador que han conseguido redactar a lo largo de las últimas rondas de negociación.

“Algunos de estos espacios en blanco necesitan decisiones políticas. Intentamos alcanzarlas, quizás llegado a cierto punto tengan que venir los ministros (de Exteriores) para tomar las decisiones finales”, explicó el negociador iraní.

En una entrevista concedida hoy a la agencia de noticias austríaca APA, Aragchi se muestra “moderadamente optimista” sobre las perspectivas de poder alcanzar un acuerdo antes de julio.

El objetivo del acuerdo es asegurar que Irán no pueda acceder al material para un arma nuclear en un plazo inferior a 12 meses, para lo cual se han acordado diversas limitaciones a su programa nuclear.

Éstas afectan por ejemplo al número de centrifugadoras para enriquecer uranio, que pasarán de casi 20.000 a unas 6.000 unidades.

Además, un reactor iraní será cambiado de diseño para no producir plutonio, otro material, aparte del urano enriquecido, que sirve para bombas nucleares.

A cambio de éstas y otras limitaciones, que tendrían diferentes duraciones, de entre 10 y 25 años, Irán exige el levantamiento inmediato y total de las sanciones internacionales en su contra.

Ese es uno de los escollos de la negociación, ya que las potencias occidentales, o sea, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, proponen un levantamiento gradual pero no inmediato.

Rusia y China, las otras dos potencias que forman el llamado grupo G5+1, están más abiertos a eliminar rápidamente las sanciones.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) será el que verifique el cumplimiento de un eventual acuerdo, lo que deberá incluir visitas frecuentes y sin aviso previo de sus inspectores a las instalaciones iraníes.

El jueves, Araqchi se reunió en Viena con Yukiya Amano, el director general del OIEA, para hablar de “detalles técnicos” de la cooperación iraní con la agencia nuclear de la ONU.

En la próxima ronda no está prevista aún la participación de los ministros de Exteriores de las partes, por lo que las negociaciones seguirían en manos de viceministros, de directores políticos y de expertos técnicos.