La policía francesa investiga al imán salafista conocido como “el emir blanco”

Unos 60 agentes de policía registran hoy los locales de la asociación de Artigat, en el sur de Francia, que dirige Olivier Corel, el imán salafista francés de origen sirio conocido como “el emir blanco” y relacionado con varios yihadistas de los alrededores de Toulouse.

La policía, que ha prohibido la circulación a Corel, ha desplegado un importante dispositivo en la zona que cuenta con dos helicópteros, informó el diario local “La Dépêche”.

Los medios locales agregan que también se han registrado otros domicilios vinculados a sectores islamistas.

Nacido con el nombre de Al-Dandachi hace 69 años en la localidad siria de Homs, Corel llegó a Francia en 1973 y obtuvo la nacionalidad francesa diez años después.

El exresponsable de la Organización de Estudiantes Islámicos de Francia, cercana a los Hermanos Musulmanes, se instaló en 1987 con su mujer y sus hijos en Argigat, un municipio de 600 habitantes a 50 kilómetros de Toulouse.

Allí creó una comunidad espiritual a la que se acercaban varios jóvenes que años después perpetraron atentados terroristas, los reivindicaron o viajaron a Siria para sumarse a la yihad.

Entre ellos, los hermanos Fabien y Jean-Michel Clain, autores de la reivindicación de los recientes atentados de París en nombre del grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Asimismo, Mohamed Merah, francés de origen argelino que en 2012 mató a siete personas en la citada ciudad y sus alrededores o Sabri Essid, hermanastro de Merah que aparece en vídeos del EI decapitando a un rehén en Siria.

“Esos jóvenes no tenían referencias. Su discurso, teñido de misticismo, les decía que sus fracasos afectivos, escolares y familiares eran signos de que eran elegidos de Dios”, declaró una fuente judicial al diario “Libération” sobre “el emir blanco”, que nunca ha sido condenado por la Justicia francesa.

Corel fue procesado, y absuelto por falta de pruebas, en 2009, cuando los hermanos Clain y otros islamistas radicales fueron condenados a cinco años de prisión.

La policía volvió a interrogarle en 2012, tras los atentados de Merah en los alrededores de Toulouse, pero no llegó a imputarle.

Declaró ante la policía que Merah le había visitado una semana antes de su serie de asesinatos para consultarle sobre cuestiones relacionadas con el divorcio y el islam.