La primera ministra polaca critica la “política migratoria irresponsable”

La primera ministra polaca, Beata Szydlo, lamentó hoy la “política migratoria irresponsable” que durante años han seguido varios países europeos y defendió la conveniencia de ayudar a las víctimas de la guerra en sus países de origen como alternativa al sistema de reparto de refugiados.

Szydlo criticó “la política migratoria irresponsable llevada a cabo durante años, lo que ha llevado a que las personas que han venido a Europa o han vivido en Europa por varias generaciones se dejan a su suerte, sin perspectivas de futuro”.

En un programa en la cadena de televisión pública TVP, la primera ministra se posicionó en contra de la reubicación de refugiados y lamentó que “los políticos, para sentirse bien consigo mismos, hayan decidido simplemente trasladar a estas personas de un lugar a otro para así resolver el problema, cuando ésa no es forma”.

Szydlo defendió la conveniencia de ayudar “sobre el terreno” a las personas afectadas por conflictos, por ejemplo a través de asistencia médica y construcción de hospitales donde se necesitan, frente a la reubicación de refugiados dentro de la Unión Europea (UE).

“La solución más razonable ante este escenario es incrementar la asistencia a las víctimas de la guerra en países como Siria, donde Polonia ya colabora con organizaciones locales en la reconstrucción de un hospital”, explicó.

Para la primer ministra, la ayuda directa en los países afectados no sólo sería más barata, sino también más efectiva.

La jefa del Gobierno también se mostró en contra de los corredores humanitarios para el tratamiento médico de los refugiados y se preguntó si no será más fácil abrir un hospital directamente en el lugar donde es necesario, “donde se podría ayudar y tratar a más gente en lugar de llevarlos a Europa”.

El sistema de reubicación fue adoptado con mayoría cualificada entre los países de la UE en otoño de 2015 para recolocar a 160.000 refugiados en Italia y Grecia entre los demás países comunitarios, de acuerdo a su tamaño y sus posibilidades económicas.

El entonces Gobierno polaco, en manos del partido liberal de centroderecha Plataforma Ciudadana que en octubre de 2015 perdió las elecciones generales, se opuso inicialmente al sistema de cuotas, aunque acabó aceptando que Polonia acogiera al menos a 7.000.

El nuevo Gobierno polaco, presidido por Beata Szydlo, se resiste a cumplir este compromiso, lo que podría acarrearle sanciones de la UE.