La profesora que denunció haber sido desnudada para acceder al Congreso pide a Posada la grabación de su cacheo

Tres semanas después del incidente, Esquembre, que fue invitada al hemiciclo por el Grupo Socialista, ha optado por dirigir un escrito a la Comisión de Peticiones del Congreso en el que vuelve a denunciar el trato “vejatorio, injusto, inaceptable, discriminatorio y absolutamente desproporcionado” del que asegura haber sido víctima.

En su escrito, recogido por Europa Press, la profesora alicantina considera “especialmente grave” que Posada haya dado credibilidad al informe policial en el que se afirma que, “según lo aportado documentalmente” por las dos mujeres policías que la cachearon, la versión de la profesora es falsa.

SU HONORABILIDAD, CUESTIONADA

Según explica, el hecho de que Posada haya avalado la versión del comisario jefe del Congreso ha contribuido a agravar la situación que sufrió “poniendo en duda” su “honorabilidad” y “alentando declaraciones de algunos agentes pertenecientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que no se compadecen con la misión que tienen constitucionalmente encomendada”.

Tras todas estas explicaciones, Esquembre solicita a la Comisión de Peticiones que se dirija a Posada para que le envíe una serie de documentos tanto escritos como audiovisuales que ella podría utilizar para defender su versión de lo sucedido el día 16 de octubre en el Congreso.

Así, solicita que se le mande una copia del protocolo de seguridad establecido para las personas que visitan el hemiciclo, y que, según la Policía, fue el que se le aplicó, así como una copia del contenido de “lo aportado documentalmente por las dos mujeres policías” al que se refiere el informe policial que ella cuestiona.

También quiere tener una copia de la grabación del acceso al Congreso en la que aparezca su imagen “al objeto de apreciar que las prendas que vestía no poseían logos ni inscripciones reivindicativas”, otra de la grabación del cuarto anejo al control en el que le obligaron a quedarse en ropa interior y otra del tiempo que pasó en la tribuna de invitados, acompañada constantemente por una de las agentes que la cacheó.

Por último, Esquembre pide que se le envíe una relación del número de personas invitadas ese día y el siguiente al hemiciclo, especificando su sexo y si habían sido invitadas por algún grupo parlamentario, así como la relación de las personas que en esas dos jornadas fueron sometidas a un “control adicional” al de la “mera comprobación de sus datos personales” y la recogida de los dispositivos electrónicos que portaran y, concretamente, las que tuvieron que visitar un “cuarto anejo” al control policial.