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A una semana de las urnas, los principales partidos apuestan por la polarización

A una semana de las urnas, los principales partidos apuestan por la polarización

EFE

Jerusalén —

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A una semana de que se celebren los comicios generales en Israel, las dos principales formaciones con posibilidades de ganar el 17 de marzo apuestan por un mensaje polarizador del “nosotros o ellos” para atraerse a los indecisos.

De acuerdo a las últimas encuestas, la puja la protagonizan la plataforma laborista-centro que encabeza Isaac Herzog e incluye a la ex ministra Tzipi Livni, frente al conservador Likud de Benjamín Netanyahu, que aspira a revalidar su tercer mandato consecutivo.

Pero las posibilidades de que los dos contrincantes en liza se conviertan en primer ministro dependerán finalmente de los apoyos que cosechen en torno a dos bloques opuestos: uno de centro-izquierda y el otro de centro-derecha, respectivamente.

Teniendo en cuenta la aritmética política a la luz de los sondeos en intención de voto, así como precedentes gobiernos, gran parte de los partidos que concurren a las urnas son favorables a apoyar al dirigente del Likud como jefe de una futura coalición gubernamental.

Sin embargo, y de confirmarse la tendencia al alza del candidato del denominado “Campo Sionista”, Isaac Herzog, y de posibles apoyos de última hora, aún no está todo dicho.

El diario “The Jerusalem Post” se hace eco hoy de un inesperado espaldarazo de última hora a Herzog por parte de la dirigente árabe del partido Balad, Hanín Zoabi, que podría impulsar al líder laborista hasta la jefatura del Gobierno.

Fuentes de la Lista Común, que aglutina por primera vez a todas las formaciones árabes, dijeron que Zoabi era favorable a recomendar al presidente israelí, Reuven Rivlin, que encomiende a Herzog la tarea formar gobierno, pese a que en un principio estas formaciones tenían previsto abstenerse en este aspecto.

“La Lista Común hará todo lo posible para asegurar que Netanyahu fracasa”, dijo una fuente de la plataforma árabe que cita el diario, antes de matizar: “En el momento oportuno adoptaremos la decisión correcta”.

Ello, a pesar de que los partidos árabes han expresado su posición de que no integrarán un gobierno israelí mientras prosiga la ocupación del territorio palestino.

Una encuesta publicada el viernes por el mismo rotativo en inglés indicaba que ambos bloques cuentan con el mismo número de escaños, 56 de los 120 que conforma el Parlamento israelí (Kneset), y que el partido centrista de reciente creación Kulanu podría alcanzar 8 diputados, por lo que se convertiría en pieza clave del tablero.

Ante esta situación de empate técnico, el jefe del Estado Rivlin se muestra partidario de un gobierno de unidad integrado por el Likud y el Campo Sionista.

También tiene previsto solicitar al nuevo ejecutivo que cambie el sistema electoral vigente para impedir que se celebren elecciones tan a menudo y que los gobiernos no concluyan legislatura, según informó el Canal 2 de televisión.

Pero la opción del gobierno de unidad no es la opción por la que se decantan ni los candidatos ni los electores.

Y es que la polarización queda patente cuando se entrevista al votante sobre si apoyaría el establecimiento de un gobierno de unidad entre el Likud y el Campo Sionista, con el 54 por ciento que rechaza esa alternativa, el 28 por ciento que la favorece y el 18 por ciento sin opinión, según un sondeo del “The Jerusalem Post”.

Otra encuesta publicada el lunes por la radio del Ejército israelí arrojaba similares resultados con el 23 por ciento a favor del ejecutivo de unidad y el 53 por ciento en contra.

Entretanto, los líderes de las ambas formaciones centran sus discursos en convencer al electorado de que no vote por partidos menores.

La lucha por el voto de última hora amenaza por ejemplo, con llevarse por delante al izquierdista Meretz, que tiene problemas para alcanzar el umbral electoral pese a ser un aliado seguro de Herzog en la política de bloques, y de reducir la influencia del centrista Lapid, en principio favorable al centro-izquierda.

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