El líder de los talibanes lanza un mensaje conciliador con el Gobierno afgano

El nuevo líder de los talibanes, el mulá Mansur, lanzó hoy un mensaje conciliador abogando por el diálogo entre afganos para resolver el conflicto armado que vive el país, casi dos meses después de que se suspendieran las conversaciones entre insurgentes y Gobierno.

“Si el país no está bajo ocupación, el problema de los afganos puede ser resuelto por el entendimiento intraafgano. Cualquier presión extranjera bajo el pretexto de resolver el problema afgano no lo resolverá, sino que generará otros”, sentenció Mansur.

En un mensaje emitido con motivo de la fiesta del sacrificio, la mayor festividad para los musulmanes, y en un tono suave y comedido poco habitual, el mulá Mansur remarcó que el primer paso de la “Administración de Kabul” (hasta ahora llamados con frecuencia “marionetas”) era poner fin a los tratados con los “invasores”.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mantiene unos 4.000 militares en Afganistán en la misión de asistencia y capacitación “Apoyo Decidido”, tras poner punto final al término de 2014 su misión de combate.

Por su parte, Estados Unidos mantiene una operación de combate o “antiterrorista” en el país que incluye 9.800 militares que permanecerán en principio hasta final de año.

Mansur también indicó que ha encomendado a la oficina de representación de los talibanes en Catar “llevar a cabo contactos y negociar con diferentes entidades”.

Según Mansur, “es una burla” que el Gobierno coree “eslóganes a favor de la paz mientras aumenta la guerra sobre el terreno”.

Talibanes y Gobierno afgano comenzaron en julio pasado un proceso de conversaciones en una localidad cerca de Islamabad que se vio suspendida a finales de ese mismo mes, cuando se reveló que el por entonces líder talibán, el mulá Omar, había fallecido en 2013, y que su sustituto era el mulá Mansur.

El nombramiento de Mansur, que desde hace años era el jefe militar del grupo insurgente, ha generado disensiones internas dentro de las diversas facciones.

Mansur pidió a quienes se oponen a su liderazgo que mantengan “los rangos unidos en esta situación crítica” y frustren “la maligna propaganda y la diabólica conspiración del enemigo”.

“La responsabilidad de sostener esta pesada carga sobre mis espaldas como nuevo líder del Emirato Islámico (como se denominan los talibanes) no será posible sin la ayuda de Dios y la cooperación de mis hermanos de fe”, señaló el mulá Mansur.

El líder talibán reclamó por su parte a EE. UU. (los “invasores americanos”, hasta ahora denominados “fuerzas bárbaras o infieles”) que revise sus “políticas coloniales”, en vez de perpetuar ese “ilusorio sueño de seguridad matando y ocupando otras naciones”.

Además remarcó que a pesar de las promesas estadounidenses de inversiones millonarias en Afganistán, los proyectos hechos por la comunidad internacional en el país fueron a corto plazo y de baja calidad.

El mulá Mansur explicó en este sentido que los talibanes no son solo un grupo yihadista, sino también un sistema que trata de cumplir las “expectativas de progreso” de la sociedad afgana, y dijo que protegerá a ONG y a “los futuros arquitectos del país”: académicos, a la clase educada y a hombres de negocios.

“La educación moderna y religiosa es una necesidad urgente e importante para la nueva generación de nuestro país”, sentenció Mansur, que dijo que abogará por un nuevo Afganistán donde la gente tenga asegurados sus derechos fundamentales y viva “en una atmósfera de amor y fraternidad”.

Los insurgentes se han opuesto tradicionalmente a la educación de las niñas y adolescentes en Afganistán, y la prohibieron, de hecho, durante su régimen fundamentalista islámico en el país (1996-2001), que finalizó con la invasión de las tropas estadounidenses.