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Una mujer testifica que vio a una pareja de etarras disparar en la nuca a Broseta

Una mujer testifica que vio a una pareja de etarras disparar en la nuca a Broseta

EFE

San Fernando de Henares (Madrid) —

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Una mujer ha testificado hoy en un juicio en la Audiencia Nacional que vio cómo una pareja de etarras disparaba en la nuca al catedrático Manuel Broseta cuando cruzaban un paso de peatones junto a la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia el 15 de enero de 1992.

Ambos acusados, Juan Jesús Narvaez Goñi, alias Pajas, y su pareja, Itziar Alberdi Uranga, alias María, han negado que asesinaran de un disparo en la cabeza al catedrático de Derecho y miembro del Consejo de Estado Manuel Broseta, ya que han asegurado que entonces no se encontraban en Valencia, unos hechos por los que el fiscal ha pedido 56 años de cárcel para cada uno.

Durante su informe, el fiscal Daniel Campos ha destacado que Broseta representaba el “valor de la razón” y todo aquello contra lo que ETA atentaba y ha recordado que por eso el histórico dirigente de la banda terrorista Jose Luis Urrusolo Sistiaga dijo que no era solo un catedrático de universidad.

Estas palabras del representante de la Fiscalía las ha agradecido expresamente durante su informe el abogado de la acusación particular en nombre de los tres hijos del fallecido.

En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, también han solicitado la condena de los procesados las acusaciones ejercidas por la familia del fallecido, el Colegio de Abogados de Valencia y la Asociación de Víctimas del Terrorismo, mientras que la letrada defensora ha reclamado su absolución al estimar que no ha quedado acreditada su participación en los hechos.

Este es el segundo juicio de Narvaez Goñi desde que fue entregado a España en febrero de 2014 junto a su pareja, con la que residió durante 22 años en Puerto Vallarta (México) llevando una vida normal.

La citada testigo, que entonces era estudiante de Económicas y que la mañana de ese día iba a clase, ha dicho que cuando cruzaba el paso de peatones vio cómo un hombre y una mujer aceleraban el paso y se acercaban por detrás a la persona que iba delante de ella.

Ha añadido que “el hombre sacó del bolsillo un revólver y le disparó a corta distancia haciéndole una quemadura muy grande en la nuca” a la víctima, que “cayó desplomada al suelo”.

“Me asusté mucho, tenía delante al pistolero y a la mujer pegada a él hombro con hombro, buscaba una escapatoria pero me vi atrapada, noté que alguien me cogía el brazo, vi la pistola de la que salía humo y el hombre al sentir que se tropezaba con alguien en su huida me dio un manotazo y me tiró al suelo”, ha relatado la testigo.

Un policía nacional que sufrió graves heridas en los brazos al explosionar el coche bomba que colocaron los etarras cerca del lugar tras asesinar a Broseta ha explicado al tribunal que sufre incapacidad total permanente.

El fiscal ha solicitado que en la sentencia se imponga también a los acusados la obligación de indemnizar a este policía en 394.080 euros.

En la vista ha testificado también Fernando Díez Torre, que según ha recordado el fiscal formó parte del mismo comando con los acusados, que ha asegurado que sus declaraciones en las que dijo que los mismos cometieron estos hechos las había prestado por las torturas que recibió de la Policía cuando fue detenido pero que no conoce a los procesados ni ha tenido relación con ellos.

Ante esta declaración el abogado de la acusación ejercida por la familia del fallecido ha anunciado que pedirá que se actúe contra este testigo por supuesto delito de falso testimonio.

El fiscal ha mantenido que los acusados estaban integrados entre 1991 y 1992 en el comando Ekaitz de ETA y recibieron de la dirección de la banda las instrucciones para acabar con la vida de Broseta.

Al catedrático, según el relato del fiscal, le consideraban un objetivo primordial porque era “no solo un profesor de universidad, sino también miembro del Consejo de Estado español, responsable de la Ley de Armonía de las Autonomías y miembro del consejo de administración de varios bancos”.

Para el representante de la Fiscalía, ha quedado probado que sobre las 10.20 horas del día referido los acusados vieron a Manuel Broseta, se acercaron por la espalda con cautela y le dispararon con un arma a escasos centímetros de la cabeza, lo que le causó instantáneamente la muerte.

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