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El juez de vigilancia penitenciaria revisará mañana el último informe sobre el estado de salud del etarra Bolinaga
Castro ha citado a la abogada defensora del etarra, Ainhoa Baglietto, al fiscal Pedro Rubira y a los dos forenses encargados de la elaboración del informe, que otorgaba a Bolinaga una esperanza de vida de entre tres y cuatro meses, si bien no excluía que el preso pudiera fallecer en cualquier momento producto de los riesgos provocados por un nuevo tratamiento al que se está sometiendo.
Los expertos médicos detectaron un empeoramiento de su metástasis pulmonar y cerebral, esta última con necrosis, e informaron de que ha fracasado el tratamiento experimental que venía siguiendo con el fármaco 'Sunitinib'. Por ello el terrorista está sometiéndose a otro tratamiento que conlleva “numerosos riesgos y efectos secundarios”.
Los dos forenses desaconsejaban el nuevo ingreso en prisión del miembro de ETA e indicaban que el centro penitenciario que le corresponde, el de Zaballa de Álava, “es insuficiente” para tratar su enfermedad.
La Fiscalía consideró, no obstante, que este estudio médico presentaba carencias y pidió a Castro que reclamara una ampliación en la que se incluyera “el cálculo de su pronóstico vital actualizado”. Aseguraba que el análisis “no responde con claridad a las cuestiones planteadas” y no cumple con exactitud la decisión judicial de examinar al preso de ETA ya que “no se ha llevado a cabo un examen, reconocimiento o exploración del penado”.
El Ministerio Público puso de manifiesto que las conclusiones de los forenses no respondían a un examen directo, ya que se limitaron a estar presentes en una consulta médica que tenía programada el equipo que asiste habitualmente a Bolinaga.
En un escrito de alegaciones, el fiscal Rubira agregaba que del informe pericial no se desprende cómo está evolucionando el cáncer pulmonar y cerebral del etarra ya que no señala el tamaño de las metástasis ni su desarrollo. En opinión del Ministerio Público, los forenses se limitaron a describir los efectos secundarios del tratamiento que le está administrando lo que “no tiene ninguna incidencia para la determinación del pronóstico vital del enfermo”.
