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Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

Cuentos desde la diversidad

Portada del libro "Cuentos desde la diversidad"

Pablo Echenique-Robba

Aunque los músculos nunca me han funcionado muy bien, de la cabeza no me puedo quejar. Vamos, que no soy tan tonto como para pensar que lo entiendo todo.

No entiendo, por ejemplo, por qué necesitamos ser amados.

Por supuesto, tengo pistas, hipótesis, modelos teóricos parciales, pálpitos y sospechas. Pero un entendimiento completo, con mayúsculas, que me permita gritar alto y claro “¡Ah! ¡Ya lo entiendo!”... Eso no.

No entiendo tampoco por qué a algunas personas les resulta fácil amar al diferente, pero otras lo encuentran tan sumamente difícil. No entiendo qué tiene que ver una pierna amputada, unos ojos ciegos o una cicatriz en el medio de la cara con el amor. Y no digamos ya con el sexo. No entiendo qué es “lo normal”, ni como se define, ni para qué sirve. No entiendo qué es exactamente la vergüenza. Ni el pudor. No entiendo el miedo en general, ni el miedo al rechazo en particular. No entiendo por qué casi todo el mundo actúa como si los niños, las abuelas, los cojos, las que tienen discapacidades mentales, los gordos, las feas o los enanos, no tuvieran genitales. Bueno, si soy honesto, he decir que hay muchísimas cosas que no entiendo respecto de los genitales y su aparición u omisión en declaraciones públicas y privadas. No entiendo el momento del cambio interior. No sé si es gradual o repentino. Ni cuándo, cómo o por qué se produce. No entiendo los deseos, las metas, los objetivos. No entiendo la mirada que posamos sobre nosotros mismos y sobre los demás. No entiendo los juicios de se derivan de dicha mirada. O las comparaciones.

Sospecho que todo esto es muy importante, y a veces sospecho que “entender completamente” sea un acto imposible. De lo que sí estoy seguro es de que es sin duda posible “entender mejor”, y de que la literatura y las diferentes perspectivas son instrumentos poderosos para ello.

En esta recopilación de cuentos, encontrarás grandes dosis de estos dos ingredientes. Para que disfrutes, para que pienses, para que me entiendas mejor a mí, a ella, a él... y a ti.

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Prologo a cargo del autor al libro “Cuentos desde la diversidad”, editado por María Pilar Martínez Barca y publicado por Libros del Innombrable. Una recopilación de relatos cortos, algunos por retrones, otros por bípedos, todos sobre la retronez. Un interesante conjunto de voces que recomiendo a los lectores.María Pilar Martínez BarcaLibros del Innombrable

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No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

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