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Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

No tan deprisa

Mariano Cuesta

Navegando por internet esta semana, me he topado con un corto del año pasado que fue presentado en el Notodo Filmfest de Jameson.

Ojo, que si no lo habéis visto que sepáis que voy a hablar de él, así que os recomiendo que lo veáis antes de seguir.

En este corto se muestran dos amigos haciendo pesas y comentan una anécdota en la que uno de ellos cuenta que un ciego se chocó con él, y a partir de ahí empiezan a hablar de conocidos de ambos que son ciegos también. Parece un tono despectivo. Un rato después se cambian los papeles y el chico que estaba haciendo pesas le deja el sitio a su amigo. Vemos, justo en este momento que su amigo, sale de plano, mientras que él se coge las piernas con las manos y se las coloca fuera de la maquina. Así vemos que es una persona también con discapacidad. Se sienta en la silla de ruedas y el otro coge el relevo en las pesas.

El guión del corto nos acaba de cambiar la perspectiva de las cosas. En un primer momento parece que son dos chicos “perfectos” riéndose de unos conocidos discapacitados, pero resulta que uno de ellos lo es. ¿Qué está pasando? El hecho de que las personas con discapacidad “bromeen” o tomen de manera natural estas situaciones a veces provoca que se nos mire con indulgencia.

Creo que es importante que seamos conscientes de que tener una discapacidad no te hace mejor persona. La única diferencia con las personas que no tienen discapacidad es que, a veces, necesitamos ciertas garantías para poder desarrollar nuestra vida lo mejor posible.

Hace bastante tiempo hablé sobre los prejuicios y si los retrones podíamos ser malas personas. Sí, lo sigo diciendo, tener una discapacidad es un incordio y es muy jodido en ocasiones, pero no te hace santo. Es cierto que son los menos porque la vida que solemos llevar nos hace bastante más empáticos que el resto, pero también los hay. Y también está la otra parte, los ojos que nos miran.

Cuando nos miran, la mayoría de las veces, quien no nos conoce nos suelen aplicar una capa de indulgencia, de ternura, de condescendencia… Y ahí está el problema. No quiero ser cascarón de huevo. No quiero que me traten diferente por ser retrón. Sé que es diferente, que a veces es difícil, que no todos tienen el punto cogido, pero lo que me gustaría es poder naturalizar las relaciones y que no hubiera esa condescendencia que ha habido durante tanto tiempo. Hay que saber diferenciar entre necesitar garantías para desarrollar nuestra vida lo más independiente posible.

Y como digo siempre, esto es un problema de toda la sociedad, de cómo se nos ve y cómo nos miran… Por mi parte no tengo dudas de que el humor y cambiar los puntos de vista son necesarios para la vida de unos y otros. Ojalá más películas, cortos, canciones, que hablen de discapacidad de una manera natural y sin complejos. Seguiremos informando.

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No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

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