800 Años de la Universidad de Salamanca: decíamos ayer, diremos mañana

Entre el “studium generale” constituido en 1218 por Alfonso IX con un carácter eminentemente jurídico y la actual Universidad de Salamanca, referencia de instituciones académicas europeas e iberoamericanas, habrán pasado en 2018 ochocientos años dictando el ayer para construir el mañana.

Y ese es uno de los objetivos de la efeméride: convertirse en un punto de inflexión que permita a todo el sistema universitario español poner en marcha profundas reformas para atender a las nuevas necesidades.

“No es fácil decidir cómo se ha de formar a un joven para encontrar empleo”, advierte en una entrevista con Efe el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, quien recuerda que en la actualidad existen muchos nuevos puestos de trabajo, lo que obliga a una “profunda reflexión” de la elite cultural y científica sobre cómo formar a los estudiantes.

La Universidad de Salamanca, una de las más antiguas del mundo y la primera de España, ha sido la referencia de instituciones académicas posteriores, especialmente en Iberoamérica, cuyas universidades tomaron sus estatutos como punto de partida para su creación.

Y en esa línea va uno de los principales planes desarrolladas por la Universidad de Salamanca con motivo de su octavo centenario y que pretende que el sistema universitario español y la USAL lideren el nuevo Espacio Común Europeo, Latinoamericano y del Caribe de Educación Superior.

El rector reconoce que en Europa la construcción de este espacio es más sencillo porque existe un organismo supranacional -la Comisión Europea- que pilota el proceso, pero en Latinoamérica no existe ese agente.

“Se trata de trabajar juntos. Hay que buscar que los estudiantes y profesores se puedan mover entre los países de América, e incluso venir a Europa, con reconocimiento de estudios, de grados y con movilidad”, explica Hernández Ruipérez, quien apuesta por que 2018 sea un hito para que ese Espacio de Educación Superior esté diseñado, al menos, en sus aspectos básicos.

Otro de los planes en los que trabaja la universidad salmantina es la promoción y defensa del español. No en vano, en ella se gestó la primera gramática de la lengua española de Antonio de Nebrija (y también la última en 2010), por lo que la USAL, según asevera su rector, “es la universidad por antonomasia del español”.

Y de esa primera gramática de 1492, se ha pasado al sistema internacional de evaluación y certificación de la lengua española que en colaboración con el Instituto Cervantes se puede realizar desde cualquier lugar del mundo y utilizando las últimas tecnologías.

Además, para 2018 Salamanca albergará un centro internacional de referencia del español que le permitirá seguir ostentando esa posición de prevalencia a nivel mundial en la investigación, la enseñanza y certificación de la lengua española.

Planes de excelencia académica, de recuperación de patrimonio e infraestructuras y promoción nacional e internacional componen también el grueso de los objetivos fijados para 2018 por la universidad salmantina que para su desarrollo cuenta con el respaldo institucional del Gobierno de España, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Salamanca, entre otras instituciones.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, preside la Comisión Interinstitucional encargada de canalizar las contribuciones a este efeméride y que ha dado paso a la Comisión Ejecutiva y Técnica que ha permitido, desde este pasado viernes, empezar a certificar las exenciones fiscales para las empresas que colaboren con el VIII Centenario, con una deducción de hasta el 40 por ciento sobre el Impuesto de Sociedades.

El rector sostiene que esta concesión de exenciones por parte del Gobierno, si bien no serán suficientes por sí mismas y requerirán capital directo de las distintas administraciones, es muy importante porque permite atraer financiación privada para respaldar muchos proyectos.

Para el rector, la Universidad de Salamanca es un “timbre de prestigio”, por lo que las empresas deberían aprovechar los beneficios que les reporta asociar su imagen con la celebración de este VIII Centenario, como ha hecho el artista Miquel Barceló que ha diseñado el logotipo de esta efeméride y ha donado su obra al Estudio Salmantino.