El Consejo de la Juventud de España rechaza la propuesta del FMI de reducir el salario mínimo

El Consejo de la Juventud de España (CJE) ha rechazado hoy la propuesta del Fondo Monetario Internacional (FMI) de rebajar el salario mínimo para ayudar a reducir el paro juvenil en la Unión Europea.

Esta medida, junto a la disminución de la indemnización por despido de los trabajadores indefinidos y la bajada de las cotizaciones sociales a las empresas, se enmarca en las políticas de austeridad que han desencadenado la crisis y han dañado los derechos laborales y sociales en favor de la competitividad empresarial, señala en un comunicado el Consejo.

Lamenta “profundamente” que el FMI plantee como solución al paro juvenil alternativas similares a las adoptadas en España y que han conducido a la juventud española a “un precipicio de precariedad y de falta de expectativas”.

Cada vez son menos las personas jóvenes que consiguen desarrollar un proyecto de vida propio y autónomo, como refleja la tendencia descendente de la tasa de emancipación que se registra desde el tercer trimestre de 2008, de acuerdo con el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.

Este organismo no acepta que los jóvenes sean tratados como trabajadores “de segunda” y reclama no sólo la existencia de un salario mínimo, sino que su cuantía sea suficiente para garantizar una vida digna.

El CJE considera que la bajada de las cotizaciones sociales a las empresas sería “un error” porque sólo serviría para abaratar la contratación a costa de dinero público, poniendo en peligro la sostenibilidad de las cuentas de la Seguridad Social.

Igualmente, rechaza el abaratamiento del despido de los empleados indefinidos por considerar que extendería la precariedad al conjunto de los trabajadores.

De aplicarse las propuestas del FMI, según el CJE, se recrudecería el drama de la juventud española: aumentaría la precariedad y la migración forzosa y se reducirían las escasas opciones de emancipación.

Destaca que sólo con un empleo digno y con una apuesta por el gasto social es posible convertir una generación sin futuro en la generación impulsora del progreso y de la sostenibilidad de la Seguridad Social y el sistema de pensiones.