Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Disciplina castrense para combatir la violencia en las escuelas de Tailandia

Disciplina castrense para combatir la violencia en las escuelas de Tailandia

EFE

Sattahip (Tailandia) —

0

Sentados en la jungla, un centenar de jóvenes escuchan la charla sobre disciplina impartida por militares durante una de las actividades encaminadas a aplacar la arraigada violencia escolar que sufre Tailandia.

“Les inculcamos el valor de la unidad. Amor por la nación, religión y familia (...) La mayoría de estos niños nunca recibieron lecciones de disciplina. Su comportamiento (violento) no es innato, sino aprendido de estudiantes mayores”, apunta a Efe el teniente Panya Panthong, unos de los instructores.

Los expertos aseguran desconocer las razones por las que se desencadenó la violencia estudiantil entre centros de formación profesional encaminada a defender “el honor de las escuelas” y que desde hace décadas los alumnos mayores inculcan a los recién llegados.

Apichart Kawchawee, un joven de 20 años estudiante de un centro del barrio de Min Buri, en el noreste de Bangkok, asegura que otros compañeros “le felicitaron” después de participar en una refriega contra estudiantes de otro centro.

“La causa (de la pelea) es simple: somos diferentes instituciones. Los estudiantes veteranos nos incitan a participar en peleas en las que a veces no sabemos ni a quien nos enfrentamos”, asegura el joven a Efe al apuntillar que fue hasta “entretenido”.

El Ministerio de Educación, en colaboración con el Ejército, estableció un campamento en el recinto militar de Sattahip, a unos 200 kilómetros al sureste de la capital tailandesa, donde unos 850 niños problemáticos fueron internados por dos semanas con el objetivo de detener las peleas entre centros educativos.

Lecciones de supervivencia, paseos por la playa, actividades deportivas y lecciones sobre el amor a la patria son otras de las actividades promovidas durante la estancia en el acantonamiento que finaliza este fin de semana.

“Les enseñamos las normas de la Marina (tailandesa). Según mi experiencia, entre el 70 y el 80 % de los niños abandonan su comportamiento violento al concluir el campamento”, indica el teniente, quien ha participado en las tres ediciones realizadas.

El militar incluso afirma que, tras el periodo con los jóvenes, mantiene el contacto con algunos de ellos a quienes ofrece consejos de tutor y que junto a las escuelas realizan un seguimiento posterior sobre los cambios en el comportamiento de los chavales.

Según el diario “Bangkok Post”, al menos cuatro peleas masivas entre estudiantes se han sucedido durante el presente año, mientras las riñas menores se contarían por centenas.

Entre ellas destaca la sucedida el pasado 8 de junio cuando dos estudiantes del norte de Bangkok resultaron heridos de gravedad al recibir puñaladas y el impacto de una bala durante un enfrentamiento con alumnos de otro centro educativo.

“Los jóvenes compran las armas en el mercado o las fabrican ellos mismos. Algunos de estos chavales son capaces de forjar pistolas de fabricación casera que se venden entre los alumnos”, apunta Panya.

Aunque se carezca de datos oficiales sobre el número de contiendas, el volumen es tal que el primer ministro, el general golpista Prayut Chan-ocha, decidió utilizar a mediados de junio una ley que le otorga poderes especiales a fin de aprobar una baterías de medidas que endurezcan las penas contra los jóvenes camorristas.

Condenas de prisión para los infractores y medidas para obligar a que los padres controlen más de cerca a sus vástagos, forman parte de la nueva norma.

“De momento soy estudiante de primer año, no sé cómo puedo ayudar (a solucionar el problema), pero en el futuro cuando vengan nuevas generaciones de estudiantes intentaré ayudarles” a que no se metan en problemas, comenta Sattawat Matthakij, otro de los participantes del campamento militar.

Etiquetas
stats