Disidente cubana pide volver a la cárcel por el “asedio” al que es sometida

La disidente cubana Marta Beatriz Roque, única mujer del “Grupo de los 75”, pidió a un tribunal volver a la cárcel, porque lo prefiere al “asedio” que dice padecer desde hace meses en su vivienda en La Habana, según informó hoy a Efe.

Roque, que fue puesta en libertad con una licencia extrapenal en el año 2004, indicó que el pasado lunes presentó una carta en la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial de La Habana pidiendo la “revocación” de su excarcelación ante el “acoso” que sufre por parte de vecinos y fuerzas policiales.

“La situación es sencillamente que no puedo entrar y salir de mi casa libremente, las personas que me quieren venir a visitar no pueden hacerlo. Estoy igual que si estuviera en la cárcel, con la única diferencia de que en vez de una celda estoy en un apartamento”, explicó Roque, de 68 años.

Según la disidente, el “asedio” comenzó en noviembre pasado y hay días en los que se le hace difícil hasta salir para conseguir alimentos, por lo que decidió entregar esa misiva a las autoridades.

No obstante, Roque refirió hoy que, al salir del tribunal el lunes, fue detenida y llevada a una estación policial donde un oficial de la seguridad del Estado le dijo que ninguna de sus peticiones serían respondidas afirmativamente.

Añadió que el mismo oficial le manifestó que las autoridades no intervendrían en ningún acto de hostigamiento hacia ella por parte de sus vecinos y le recalcó que no permitirían reuniones de disidentes en su vivienda ni que permutara de casa.

De acuerdo con Roque, hace 15 meses hizo una permuta para mudarse a su actual vivienda, ubicada en el populoso municipio de Centro Habana, pero desde entonces vive allí de forma “ilegal”, ya que no ha podido finalizar sus trámites y legalizarlos por impedimento de las autoridades.

Trece de los 75 disidentes sentenciados a condenas de 15 o más años de cárcel en 2003 fueron puestos en libertad antes de tiempo y siguen viviendo en Cuba bajo “licencias extrapenales”.

El Gobierno cubano considera a los disidentes “contrarrevolucionarios” y “mercenarios” al servicio de Estados Unidos.