Durán, de la ONCE, pide una Europa más social para salvar el proyecto europeo

Una Europa más social. Es lo que reclama el máximo responsable de la Fundación ONCE, Alberto Durán, quien en una entrevista con Efe aboga porque las políticas se elaboren en colaboración con instituciones como la suya, que saben cómo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos por estar sobre el terreno.

“Europa es un espejo para muchos, pero es un espejo que tiene lunares en la parte social, y creo que hay que quitar esos lunares y darle brillo a todo el proyecto”, mantiene Durán, para quien el recién recibido premio Ciudadano Europeo, concedido por el Parlamento Europeo (UE) a la ONCE, “encaja” perfectamente en “el ADN” de esta institución nacida en 1938.

Por “promover la integración entre ciudadanos” la ONCE es uno de los 50 ganadores de la edición 2016 del premio Ciudadano Europeo, que procedentes de 25 países de la UE se darán cita los próximos días 12 y 13 de octubre en la sede del PE en Bruselas.

Un reconocimiento que, en España, también han conseguido este año la oenegé Proactiva Opens Arms de salvamento en el mar de refugiados y la asociación Gautena de ayuda a autistas.

“Es un premio que encaja en nuestro ADN”, dice Durán, que compagina su labor al frente de la Fundación ONCE con su papel de consejero general de Relaciones Institucionales e Internacionales de una institución que cuenta además con un grupo de empresas sociales, ILUNION, con una plantilla de 67.710 personas, de las que el 55,8% tienen discapacidad.

En este momento de crisis y de “desafecciones”, Durán cree que la “Europa que puede sobrevivir” y “ganar adhesiones” es la “Europa social”, una Europa que se “preocupe por la gente que está más desatendida, que tiene más dificultades”.

Y eso, la mejor forma de hacerlo, añade, es “que los Estados, las instituciones europeas, el aparato público cuenten con socios” que, como la ONCE en el caso de la discapacidad, estén “en la calle”.

“Sabemos como es la calle y creemos que Europa es un proyecto que tiene mucho valor, pero Europa se debe enfocar para que lo que haga, produzca o hacia donde vaya mejore la calidad de vida de los ciudadanos”, subraya el directivo de la ONCE.

Porque, señala, “lo social no está reñido con lo económico. Lo social -insiste- no es caro”.

“Es caro -abunda- si se hace mal”, y pone como ejemplo la ONCE, “una institución que hace una labor social sostenible”, que obtiene la mayor parte de sus ingresos del juego, pero del “juego responsable”, lo que le permite dar empleo actualmente a una de cada 275 personas que trabajan en España.

Otra parte de sus ingresos le llegan por su actividad empresarial del conglomerado ILUNION, que se desarrolla en torno a más de 50 líneas de negocio que se aglutinan en cinco divisiones, una de las cuales es el turismo.

En este punto, Durán aboga por que Europa sea una avanzadilla en la creación de una red de ciudades históricas accesibles, que beneficiaría “a todo el mundo”, tanto a las personas con discapacidades como a la economía ya que incrementaría las visitas.

Así, escuchando a los colectivos que más conocen las problemáticas, Europa, que cuenta con 80 millones de personas con discapacidad, podrá ir “sumando” experiencias y “plasmándolas en políticas europeas salidas del terreno”, según Durán.

Su organización, con casi ocho décadas de historia y que dedica algunos de sus cupones a temas europeos, hace “una labor importante” al “hablar a la gente de Europa con sencillez”.

“Somos un ejemplo de que de Europa hay que hablar, ver lo que sirve y lo que no sirve, y qué parte del proyecto europeo hay que arreglar, pero no romperlo”, insiste el directivo de la ONCE, que gestiona fondos europeos para la formación de personas con discapacidad que le permiten “ser más grandes”.

“Una Europa mejor es una Europa que tenga una autoridad moral real, en la que las desigualdades sean las menos posibles”, subraya el dirigente de la ONCE y de su Fundación, que tienen un papel activo en 25 países, de los cuales 19 son latinoamericanos.

Por Catalina Guerrero