Familiares de desaparecidos en Uruguay marchan mañana en demanda de justicia

La organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos convocó para mañana una nueva marcha del silencio que este año tiene por objetivo reclamar a los poderes del Estado “justicia”, destacaron hoy fuentes del grupo.

La consigna de la movilización es “En mi patria no hay justicia. ¿Quiénes son los responsables?”, destacó Oscar Ortazum, uno de los integrantes de Madres y Familiares.

Como todos los años la concentración y marcha “serán en silencio, sin banderas ni consignas partidarias”, agregó en declaraciones a radio Montecarlo.

Ortazum dijo que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial “deberían dar una respuesta” por esa falta de justicia.

La concentración será en el Espacio de Homenaje a los detenidos desaparecidos en América Latina para posteriormente marchar durante unos dos kilómetros hasta la Plaza Libertad, ubicada en el centro de Montevideo.

Cada 20 de mayo, desde 1996, las Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos marchan por la capital uruguaya para reclamar conocer “toda la verdad” sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura que rigió Uruguay entre 1973 y 1985.

La fecha elegida se debe a que el 20 de mayo de 1976 fueron asesinados en Buenos Aires, donde se habían exiliado, los legisladores uruguayos Zelmar Michelini (senador) y Héctor Gutiérrez Ruiz (diputado), junto con los militantes tupamaros Rosario Barredo y William Whitelaw, unos casos que nunca quedaron aclarados.

Cifras oficiales sitúan en 37 las personas detenidas-desaparecidas durante la dictadura en Uruguay, mientras que organizaciones de defensa de los derechos humanos afirman que son más de 200.

Hace diez días la Justicia uruguaya condenó al general Miguel Dalmao a 28 años de prisión por los crímenes cometidos durante la dictadura.

El general Dalmao, de 61 años, se convirtió en el primer militar en activo condenado y fue encontrado responsable del homicidio de la militante comunista Nibia Sabalsagaray, de 24 años y profesora de literatura, ocurrido en una unidad castrense en 1974.