Francisco, los “conejos” y la paternidad responsable
“La palabra clave para responder es la que siempre utiliza la Iglesia, y la que también yo utilizo, paternidad responsable. ¿Cómo se hace esto? A través del diálogo. Todas las personas, con su pastor, deben buscar una paternidad responsable... Algunos creen –disculpad la expresión– que para ser un buen católico tenemos que ser como conejos. No. Paternidad responsable”. Las palabras del Papa Francisco a su regreso del viaje a Filipinas volvieron a reabrir un debate que en los últimos 40 años parecía cerrado: ¿Es lícito para un católico decidir cuántos hijos debe tener?
Más allá de la crudeza de la expresión papal “tenemos que ser como conejos”, lo cierto es que las declaraciones de Bergoglio han causado estupor y malestar entre los grupos más tradicionales de la Iglesia católica. Los mismos que, desde la publicación de la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI (1968, en plena batalla contra la revolución sexual), consideraron doctrina infalible la obligación de “tener todos los hijos que Dios quiera”frente a cualquier posibilidad contraceptiva, desde el uso del preservativo a la opción del aborto.
El propio Francisco deja abierta una puerta en este sentido. “Yo conozco muchas maneras lícitas para conseguirlo (…) Un hijo es un tesoro. Dios sabe cómo ayudarles. Quizás algunos no son muy prudentes, es cierto. La paternidad debe ser responsable”, afirmó el Papa. Una posibilidad de la que no quieren oir hablar los grupos ultracatólicos. Oficialmente, ninguno ha osado rebatir a Bergoglio. Pero los más tradicionalistas bloquean blogs y webs católicos que abogan, junto a Francisco, por la paternidad responsable, acusando al Pontífice de “hereje”y de “estar a favor del aborto”.
“Masón” y defensor del “putimonio”
Responsables del Camino Neocatecumenal y otros grupos de familias numerosas cristianas no ofrecen una respuesta oficial a las palabras del Papa, pero en privado sí muestran su frustración al considerar que Francisco “no está siendo claro”, y que sus palabras pueden ser interpretadas como una puerta abierta “al aborto y al condón”. Algunos, siempre bajo el anonimato, llegan a tildar a Francisco de “masón”o de defensor del “putimonio”(burda referencia al matrimonio entre personas del mismo sexo, muy utilizado entre los ultracatólicos).
El malestar entre los grupos más tradicionales ha llegado a tal punto que el sustituto de la Secretaría de Estado, Angelo Becciu, ha tenido que intentar aclarar que “el Papa está realmente disgustado de que se haya creado semejante desconcierto”, porque “él no quería de ninguna manera menospreciar la belleza y el valor de las familias numerosas”.
¿Significa esto que puede cambiar la doctrina sobre la procreación, el uso de métodos anticonceptivos o el recurso al aborto en determinadas circunstancias? Distintos expertos en familia consultados por eldiario.es muestran su escepticismo, aunque subrayan que con Francisco “todo es posible”. “Lo único cierto –apunta uno de los obispos que participó en el reciente Sínodo de la Familia– es que, por primera vez en mucho tiempo, en Roma se está hablando de temas que hasta hace dos años eran considerados tabú”.
Es improbable que asistamos a una revolución doctrinal en estos aspectos -el aborto y la contracepción continuarán siendo 'pecados'-, aunque sí se está produciendo “un cambio de actitud”, señalan dichas fuentes. De modelo: ahora, es el propio Papa el que fomenta que se hable –y que se escuche–, en libertad de estos y otros temas, el primer paso para conocer otras formas de pensar, acceder a nuevos problemas y, lo que es más importante –y ahí es donde hay que colocar la expresión de Bergoglio– ofrecer soluciones acordes con los tiempos.
