HRW pide la suspensión del plan de repatriación de rohinyá a Birmania

Human Rights Watch (HRW) llamó hoy a suspender el plan bilateral entre Bangladesh y Birmania (Myanmar) para repatriar a este segundo país las más de 700.000 personas de la minoría rohinyá que cruzaron la frontera a causa de la violencia.

“Los refugiados rohinyá no deberían ser devueltos a campos vigilados por las mismas fuerzas birmanas que les obligaron a huir de masacres, violaciones en masa y la quema de sus aldeas”, expresó en un comunicado el director para Asia de HRW, Brad Adams.

La mayoría de los refugiados habían huido del norte del estado Rakhine, en el oeste de Birmania, a raíz de la operación militar que el Ejército birmano lanzó a finales de agosto pasado en respuesta a un asalto de insurgentes de esta perseguida minoría musulmana.

Las autoridades de Bangladesh anunciaron ayer el aplazamiento de la repatriación que ambos países se comprometieron a llevar a cabo en un plazo de dos meses al firmar un acuerdo el pasado 23 de noviembre.

“El plan de repatriación parece ser un estratagema de relaciones públicas para ocultar el hecho de que Birmania no ha tomado ninguna medida para garantizar un retorno seguro y sostenible”, indico Adams.

Bangladesh y Birmania acordaron este mes que el proceso de repatriación se desarrolle durante un plazo máximo de dos años, que se tenga en cuenta a las familias como una unidad y se lleve a cabo a través de un sistema de albergues temporales, entre otros.

Dacca atribuyó el retraso en el inicio de la devolución a que aun faltan por construir varias infraestructuras, incluidos “campos de tránsito”, completar el listado de personas y recibir la verificación de las identidades de las autoridades birmanas.

HRW acusó al Ejército birmano de cometer todo tipo de abusos contra los rohinyá, incluidos asesinatos y violaciones, durante su campaña militar que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó como una “limpieza étnica de manual”.

El Ejército birmano negó haber cometido abusos en esa ofensiva que, según Médicos Sin Fronteras, causó la muerte de al menos 6.700 rohinyá.

Una primera oleada de refugiados llegó a Bangladesh el año pasado tras una primera operación de represalia del Ejército birmano por una primera serie de asaltos de insurgentes rohinyá en el norte de Rakhine.

Birmania no reconoce la ciudadanía a los rohinyá, a los que considera inmigrantes bengalíes, y les somete a una discriminación creciente, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.

Su situación empeoró en 2012 tras varios brotes de violencia sectaria entre esta minoría y la mayoría budista de rakhine, que dejó a unos 120.000 rohinyá confinados en campos de desplazados dentro de este estado.