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México amanece con la tragedia de una explosión en un hospital lleno de bebés

México amanece con la tragedia de una explosión en un hospital lleno de bebés

EFE

México —

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Cuentan los vecinos del barrio de Contadero, en el oeste de la capital mexicana, que allí nunca pasa nada, pero hoy una explosión “que parecía una bomba” les quitó la tranquilidad, haciendo estallar los cristales de sus casas y reduciendo a escombros un hospital repleto de bebés.

“Ahí está, mejor dicho, estaba el hospital”, cuenta desde la azotea de su casa Carlos Resendiz, señalando la masa de escombros sobre la que desde hace horas trabajan centenares de personas buscando señales de vida.

Excavadoras, perros adiestrados, palas, picos y manos retiran lo que fueran las paredes de un hospital materno infantil que en el momento de la explosión estaba lleno de recién nacidos, de los cuales 21 se encuentran entre los 66 heridos.

Una de las víctimas mortales era una niña de tres semanas, mientras que la otra era una mujer de 25 años. La cifra de fallecidos podría aumentar porque al menos siete adultos y siete bebés registran heridas de gravedad.

En un principio, las autoridades dieron un parte de siete fallecidos en el incidente, pero después ajustaron la cifra a dos tras notar que entre los muertos habían incluido a cinco personas que estaban inconscientes.

La explosión se registró poco después de las 07.00 hora local (13.00 GMT) por una fuga de la manguera de gas que estaba abasteciendo el hospital.

El gas era suministrado por tres trabajadores de la compañía Gas Express Nieto, quienes en principio intentaron controlar la fuga pero al no lograrlo dieron aviso al cuerpo de bomberos de la ciudad.

Cuentan los vecinos que media hora antes de la explosión la zona se llenó de bomberos, algo extraño ya que la delegación de Cuajimalpa “nada más tiene dos”, asegura Perla Olmeda, una vecina que se ha quedado sin cristales y que hoy se llevó el susto de su vida.

“Estaba mandando a mis hijos a la escuela y empezamos a escuchar muchos bomberos. Entonces mi hijo se levanta, estábamos en la sala, se queda parado y dice '¿por qué se escuchan tantos?' y explota todo, se zafan los vidrios con todo y marco de metal”, relata a Efe.

“Mi hijo trata de agarrarme y la explosión lo avienta hacia atrás. Perdimos el audio, no se escuchaba nada, nos abrazamos y lo metí en el rellano de la escalera porque no sabía lo que estaba pasando. Al asomarme se veía todo el cielo rojo, una nube de polvo roja”, agrega.

Olmeda salió a la calle y vio a mucha gente corriendo y a unas enfermeras que “estaban diciendo que había bebés atrapados” entre los escombros.

Mientras algunos huyeron por el shock de la explosión, otros muchos no lo pensaron y acudieron al hospital antes de que llegaran las autoridades, logrando rescatar a varios niños.

“Afortunadamente sacamos como a tres personas y también a unos tres bebés”, afirmó a Efe uno de los habitantes que participó en el rescate.

Medios locales también publicaron imágenes de un policía que logró rescatar un bebé de entre los escombros en la zona de cunas, una de las más afectadas por el fuerte estallido.

Minutos después de la explosión, la zona se convirtió en un hervidero de personal de Protección Civil, de las secretarías de la Defensa y la Marina, así como la Policía Federal, que acordonaron la zona y restringieron el acceso a prensa y curiosos.

En una calle cercana al hospital se instalaron unas mesas en las que se ofrece información a los familiares de los heridos, que fueron trasladados a distintos centros de salud de la capital.

Desde la azotea de Carlos Resendiz también se ve lo que pudo haber pasado si el suceso se hubiera registrado un poco más tarde, en horario escolar.

A un lado del hospital se encuentra una escuela infantil pintada de verde chillón, cuyos cristales también estallaron. Por suerte, los niños todavía no habían llegado y esto evitó una tragedia mayor.

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