La ONU habla de avances contra el ébola pero pide no bajar la guardia

La ONU cree que se han superado los peores momentos de la extensión del ébola en África Occidental gracias a los “tremendos progresos” que se han hecho, pero sostiene que aún falta mucho para ganar la batalla.

Responsables de Naciones Unidas y representantes de los principales países afectados, Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry, hicieron hoy un balance de la situación en una sesión de la Asamblea General de la ONU.

La sesión informativa se llevó a cabo mientras, desde Liberia, el país con mayor número de infectados, la presidenta, Ellen Johnson Sirleaf, daba a conocer el final del estado de emergencia decretado en agosto pasado para luchar contra el virus.

En Naciones Unidas, mientras tanto, representantes de la ONU se encargaron de recordar las consecuencias más dramáticas de la epidemia, en número de víctimas, huérfanos y pérdidas económicas, pero también aportaron “buenas noticias”.

Anthony Banbury, jefe de la Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia contra el Ébola (UNMEER), dijo que, de momento, se han descartado “algunas de las peores posibilidades de crecimiento exponencial en el número de víctimas” que se habían planteado.

En octubre pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a decir que a comienzos de diciembre el número de casos por semana alcanzaría una cifra de entre 5.000 y 10.000 infectados.

Banbury agregó hoy que el crecimiento del contagio es menor de lo esperado y destacó la “significativa mejora” en muchas zonas afectadas, como en el área de Monrovia, la capital de Liberia, el país que tiene el mayor número muertos por el virus: unos 2.700.

Pero también pidió no bajar la guardia. “El ébola es un enemigo aterrador y no lo ganaremos persiguiéndolo. Tenemos que ir por delante de él”, afirmó.

Según los últimos datos de la OMS, la epidemia ha infectado ya a 14.098 personas y ha causado la muerte de 5.160. En Guinea y Liberia hay señales de que la incidencia de casos ya no crece, aunque sí hay aumentos elevados en Sierra Leona.

Banbury recordó que la OMS se había fijado como meta para el 1 de diciembre que el 75 % de los nuevos casos de ébola estuvieran en tratamiento en unidades especiales, y que el 75 % de los entierros se hicieran en condiciones seguras.

El jefe de la UNMEER informó de que los últimos datos indican que se está consiguiendo aislar al 55 % de los nuevos infectados y el 87 % de los entierros se realizan en condiciones adecuadas.

“Se ha hecho un tremendo progreso, pero aún hay tremendos desafíos”, agregó.

Pero la ONU sigue preocupada también por lo desconocido. Los equipos médicos están consiguiendo información sobre la transmisión del virus en áreas remotas de las que no eran conscientes, pero aún quedan más.

De hecho, las cifras de la ONU sobre los afectados siguen siendo provisionales, y el número real “probablemente sea mayor”, recordó Banbury.

“Tampoco sabemos qué va a pasar mañana o pasado mañana”, agregó el funcionario internacional.

Se trata de una epidemia, dijo, que ha afectado a todos los sectores de la sociedad: “No sólo está enfermando a la gente y causando muertes, sino que también está generando temor y un cambio en su forma de vida”, añadió.

Hay 3.300 niños huérfanos por la epidemia. Los precios de la comida se han incrementado mucho y las escuelas en vastas áreas están cerradas.

Sierra Leona ha anunciado que ha perdido el 21 % de sus ingresos por la reducción en la actividad minera, mientras que la producción de café de Guinea ha descendido un 50 %.

En la misma sesión de la Asamblea General, David Nabarro, encargado de coordinar el trabajo contra el ébola de las distintas agencias de la ONU, habló sobre la necesidad de extender a áreas más remotas los equipos médicos.

En declaraciones a los periodistas, Nabarro recordó que, mientras tanto, se siguen las pruebas para desarrollar una vacuna contra el ébola, con dos candidatas firmes, y dijo que se confía en que para el año próximo estén disponibles las primeras dosis.