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El otro Orgullo: feminista, crítico y enfrentado a “la mercantilización” del World Pride

Manifestación del Orgullo Crítico del pasado 17 de mayo / Orgullo Crítico

Marta Borraz

“¿Te imaginas que en el 8 de marzo, Día de la Mujer, hubiera carrozas patrocinadas?, ¿O en el Primero de Mayo?”. Como cada semana desde hace varias un grupo de activistas se reúne en la asamblea que prepara el que será el otro Orgullo de la capital. Un Orgullo Crítico que se define como anticapitalista y que ya el año pasado logró congregar a una multitud en una manifestación contagiada del espíritu revolucionario de Stonewall Inn.

Era 28 de junio, como lleva siéndolo desde hace más de diez años, cuando un grupo de personas comenzó a organizarse en Madrid para hacer frente a lo que consideran “la mercantilización” del Orgullo LGTBI. También este 2017 han convocado a la movilización el próximo 28  para conmemorar los disturbios que ese día de 1969 se dieron en Nueva York contra la represión policial considerados el inicio del movimiento de liberación del colectivo.

Este Orgullo alternativo ha tenido diferentes nombres –Orgullo Indignado, Toma el Orgullo...– y este año se ha constituido como plataforma con la que llevan trabajando todo el año, a diferencia de otras ediciones. Se organizan de manera asamblearia, parten de la teoría transfeminista y hablan de “pinkwashing” y “capitalismo rosa”.

La manifestación del 28 es la gran cita, a la que acudirán diferentes bloques como el No Mongógamo o el de Asexualidad, pero ya tantearon el terreno el pasado 17 de mayo, cuando convocaron una marcha en el Día contra la LGTBfobia a la que acudió más gente de la esperada. Además, llevan dos meses realizando talleres y mesas redondas sobre educación en diversidad, gestación subrogada o demandas feministas de cara al Orgullo que organizan en espacios accesibles.

La Plataforma critica “la deriva neoliberal” de la comunidad LGTBI y considera “que el Orgullo de Madrid y, en particular este año con el World Pride, supone una comercialización de los derechos”. La tendencia, asegura Julia Riesco, que participa en la asamblea, “es muy clara cuando observamos la presencia de carrozas comerciales en lo que se supone que es una manifestación y cuando vemos cómo el éxito de un evento como el Orgullo se valora por los millones de euros que genera”.

A la considerada primera marcha del Orgullo, celebrada en 1977, salieron a la calle un grupo de trans, lesbianas, travestis y gays para pedir la derogación de la ley que los consideraba un peligro social. Ahora el World Pride prevé congregar a entre dos y tres millones de personas y la Confederación del Comercio de Madrid estima que los comercios ingresarán unos 300 millones de euros. Desde hace unos días las tiendas más céntricas de la capital ya comienzan a mostrar sus banderas arcoiris en los escaparates.

La entrada de las empresas

Pablx Costa, integrante del Orgullo Crítico –emplea la X en su nombre por no identificarse con el binarismo hombre-mujer–, asegura que “los poderes hegemónicos han dejado de perseguir abiertamente a la comunidad LGTBIQ y en su objetivo de incorporarla al sistema de consumo, han ido acaparando la celebración del Orgullo”. De esta manera, añade, “han despojado esta fecha de todo su contenido reivindicativo”. Algo que, desde la perspectiva del Orgullo Crítico, sucede porque “ven en una cita como esta una gran oportunidad para generar beneficio”.

Este Orgullo alternativo considera clave la conformación en 2004 de AEGAL, la Asociación de Empresas para Gays y Lesbianas, que un año después comenzó a organizarlo tras la creación de la marca MADO. “AEGAL llevó a cabo una reestructuración completa del Orgullo de Madrid con una nueva y unificada estructura, producción y organización”, explica el recorrido histórico que hace la página oficial del World Pride 2017. 

Según las últimas cuentas publicadas en la web de AEGAL, que se corresponden a 2011, un 60% del presupuesto para el Orgullo de ese año fue aportado por patrocinadores privados, un 21% por empresarios del barrio de Chueca y el resto por el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Cultura e ingresos por publicidad. AEGAL gestiona cosas como las licencias de las barras o los escenarios. La manifestación, sin embargo, corre a cargo de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB) y Cogam.

El Orgullo oficial ¿acerca a más gente al colectivo?

El próximo 1 de julio miles de personas recorrerán en Madrid la distancia que separa las plazas de Atocha y de Colón tras una pancarta que demandará derechos LGTBI en todo el mundo y la despatologización de la transexualidad. El avance de la igualdad en los últimos años es una realidad –el matrimonio igualitario, leyes contra la LGTBfobia...–. ¿Ha contribuido a ello haber conjugado la reivindicación política con el ambiente festivo que cada año acerca al colectivo cada vez a más personas?

“El problema no es tanto lo festivo, si no cómo un momento que podría ser festivo a la vez que reivindicativo se conforma como un evento vacío de reivindicación”, explica Riesco, que incide en que la incorporación de los empresarios ha convertido el Orgullo “en un espacio del que obtener rédito económico”. Es decir, prosigue, “lo LGTBI se ha convertido en un nicho de mercado más directamente pensado para la G [asociada a los homosexuales varones] que para el resto de siglas”. 

Esta es una de las consecuencias que desde las teorías críticas se asocia con el llamado “capitalismo rosa”, que se define como la apropiación del discurso LGTBI por parte de la economía de mercado. En este proceso, afirma Costa, las lesbianas y las personas trans tienen un papel “menos visible porque los gays se han visto beneficiados de visibilización y aceptación social” y pone como ejemplo el barrio de Chueca, “en el que la mayoría de bares, agencias de turismo y el resto de espacios están destinados a un público gay”.

La Plataforma espera que la manifestación del próximo 28 sea multitudinaria partiendo de que la del pasado año ya excedió las expectativas. Además, considera que el hecho de que haya empezado a trabajar antes ha dado más margen para difundir la idea y las actividades, lo que unido a que la dimensión mundial del World Pride de este año ha fomentado las alternativas. “Cada vez hay más gente que cuestiona el modelo de Orgullo oficial”, concluyen sus integrantes.

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