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Las ocho calles franquistas que todavía perviven en Filipinas

La calle dedicada a Mola en Filipinas / EFE

Marta Borraz

Ocho calles todavía desafían la Ley de Memoria Histórica a miles de kilómetros de España. Un pequeño reducto franquista que hace referencia a varios de los golpistas que en 1936 se levantaron contra la II República ocupa una parte del centro de Manila, capital de Filipinas. Coincidiendo con el 119 aniversario de la declaración de independencia del país, el abogado Eduardo Ranz pide su retirada en tres escritos que ha presentado ante el Ministerio de Exteriores y Cooperación, la embajada de Filipinas en España y la embajada de España en Filipinas.

En ellos, Ranz insta a las instituciones públicas a que realicen “las medidas oportunas encaminadas” al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que obliga a las Administraciones a retirar “escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones” de exaltación de la Guerra Civil o del franquismo.

El abogado, que pide además una audiencia en las embajadas para “exponer con mayor profundidad el alcance de la problemática”, hace referencia a que la presencia de los nombres de estas calles en el país se debe a “la influencia de familias oligarcas de descendencia española, que dieron apoyo a la dictadura franquista”, afirma.

La calle dedicada al fundador de la Falange, Primo de Rivera, parte del barrio de Singkamas hasta llegar al de La Paz y atraviesa otras tantas dedicadas a generales franquistas que son paralelas. Entre ellas, Mola, uno de los cerebros del golpe militar, Dávila, Mascardo (Moscardó), Yagüe, Ponte y Aranda. Miguel Cabanellas, que fue silenciado por la dictadura tras participar en el golpe, también da nombre a un pequeño callejón.

El General Juan Yagüe Blanco ha pasado a la historia por la Masacre de Badajoz, un episodio de represión perpetrado los días siguientes a la toma de la ciudad por el ejército rebelde en agosto de 1936. Las estimaciones más comunes apuntan a miles de asesinados, incluidos los niños, de manera indiscriminada, lo que ha llevado a las asociaciones de derechos humanos a tildar la masacre de crímenes de lesa humanidad.

Ranz apunta a que “hasta la fecha, no se conoce gestión alguna, jurídica, política diplomática, encaminada al cumplimiento de la comúnmente conocida como Ley de Memoria Histórica”, por lo que solicita la retirada de estos nombres que se deben al apoyo que algunas familias de oligarcas de Manila, algunas de ascendencia española, prestaron al bando nacional durante la Guerra Civil y el franquismo.

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