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Santa María del Mar renueva la capilla donde mendigó San Ignacio de Loyola

Santa María del Mar renueva la capilla donde mendigó San Ignacio de Loyola

EFE

Barcelona —

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La basílica de Santa María del Mar de Barcelona ha inaugurado hoy la nueva capilla de San Ignacio de Loyola, un espacio de contemplación y oración situado en el mismo lugar donde entre 1524 y 1526 el fundador de los jesuitas pidió limosna para pagar sus estudios y ayudar a los pobres de la capital catalana.

La reforma de la capilla ha sido impulsada por la comunidad de la Compañía de Jesús en Cataluña, que ha confiado la labor de diseñar y ejecutar el nuevo oratorio al estudio de arquitectos T113, y Josep María Riera, arquitecto del Arzobispado de Barcelona, ha supervisado la ejecución de la obra.

La nueva capilla está presidida por un gran banco de madera y por una imponente escultura de bronce del fundador de la orden de los jesuitas, obra del artista Lau Feliu, y en sus paredes exhibe dos símbolos relacionados con la vida del Santo: una talla de la Virgen de Aranzazu y una reproducción del medallón de “La Creu del Tort” de Manresa.

El mobiliario del espacio también está formado por un pequeño altar móvil de madera adornado con el emblema de la Compañía de Jesús, cuyas siglas IHS son utilizadas por los jesuitas como un monograma del nombre de Jesucristo.

En declaraciones a Efe, Eloi Aran, uno de los arquitectos que han llevado a cabo la reforma, explica que este espacio tiene un notable significado para comprender la vida del fundador de los jesuitas.

“San Ignacio de Loyola estuvo dos años en Barcelona, hospedado por Inés Pascual mientras realizó sus estudios. Tanto la casa como el lugar en el que estudió ya no existen, por lo tanto, la capilla donde mendigaba es el último sitio que queda de la 'Barcelona Ignaciana' totalmente intacto”, indica Aran.

Tal y como relata el arquitecto, Ignacio de Loyola mendigó en una de las capillas laterales de la basílica de Santa María del Mar, situada en el barrio de la Ribera de Barcelona, al lado de los estudiantes pobres de la época, que acudían allí habitualmente.

“Resulta interesante que el fundador de una orden religiosa que hoy en día tiene instituciones educativas de gran prestigio como la escuela de negocios ESADE pidiese para poder pagarse los estudios”, agrega.

Cuenta la tradición que San Ignacio de Loyola nació en Guipúzcoa en 1491 en el seno de una familia noble y en 1521 cayó herido por una bala de cañón en Pamplona, hecho que dio un vuelco a su vida.

Influido por las lecturas místicas durante su convalecencia y recuperación, Ignacio de Loyola decidió peregrinar a la montaña de Montserrat y vivió durante un año en una cueva en Manresa, donde llegó después de una larga ruta que se sigue recorriendo hoy bajo el nombre “Camino Ignaciano” y que precisamente el próximo 31 de julio celebra el fin de su año jubilar.

Eloi Aran apunta también que la capilla donde mendigó Ignacio de Loyola se puede considerar “el punto final” del Camino Ignaciano. “Barcelona siempre fue una ciudad que ayudó al fundador de la Compañía de Jesús”, subraya el arquitecto.

Con la vocación de poner en valor la Basílica de Santa María del Mar como un punto de referencia para los jesuitas y coincidiendo con el día de San Ignacio de Loyola, dicho templo ha renovado la capilla, “bajando al santo” y acercándolo a los feligreses.

El nuevo espacio cuenta con una imagen de Ignacio de Loyola hecha de bronce y que pesa unos doscientos kilos, que representa al santo sentado en un gran banco y mira al altar mientras pide caridad.

“Queremos que el peregrino que llega a Santa María del Mar pueda sumarse a la oración de San Ignacio a su lado”, explica el responsable de la renovación del espacio.

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